Un atentado con coche bomba perpetrado este domingo contra una iglesia católica en Kaduna provocó unas
10 muertos y 145 heridos en esta ciudad del norte de Nigeria,
blanco de ataques del grupo islamista Boko Haram.Según diario nigeriano Leadership, sobre las 10.45 horas del domingo un coche bomba estalló junto a la iglesia católica, localizada en el extrarradio de la ciudad, en un área llamada Malala.
A primera hora de la mañana se pudo escuchar una fuerte explosión. “Hemos visto una gran columna de humo en el cielo”, afirmó un habitante cercano a la iglesia a la agencia Afp.
Poco después, el presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, se comprometió a combatir con firmeza “
todos los actos de terror y de violencia”.
El atentado enardecíó a un grupo de jóvenes de la comunidad cristiana que decidieron tomarse la justicia por su cuenta.
Armados de machetes y palos, arremetieron contra personas que consideraban musulmanas, dando rienda suelta a su ira ante los reiterados ataques contra iglesias de los últimos meses, constató un periodista de la AFP. Se contaron unas 3 víctimas por estos ataques, entre ellos un taxista al que quemaron vivo.
Musa Ilalá, coordinador regional de la Agencia Nacional de Socorrismo de Emergencia, dio más datos sobre el atentado, en el que el
kamikaze figuraba entre los muertos. Al parecer el hombre intentó empotrar su coche bomba en la iglesia durante el oficio religioso, pero fue bloqueado por la seguridad de la iglesia.
En lugar de retirarse, el conductor aceleró para arrasar con la valla de seguridad y se acabó empotrando en el templo, donde se produjo la gran explosión.
En las calles de Kaduna, un periodista de la AFP vio a personas, algunas de ellas armadas con machetes, gritando “¿por qué la iglesia?”, mientras responsables locales pedían calma.
La explosión se produjo en el barrio Malali en Kaduna, blanco en el pasado de
ataques atribuidos a Boko Haram. Esta explosión ha conmocionado a una población que ya ha sido golpeada por actos violentos atribuidos a este grupo radical islamista.
Los atentados de Boko Haram en el centro y el norte de Nigeria y la represión causaron más de
2.800 muertos desde 2009. Varios líderes de la iglesia evangélica sostienen que los cristianos se verán obligados a defenderse a sí mismos si no se hace nada por poner fin a los ataques sangrientos.
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