lunes, 5 de noviembre de 2012

Cada día con Dios.Elena G. de White

ESTAMOS EN EL TERRENO DEL ENEMIGO


"Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojada a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él." Apoc. 12: 9.

A medida que el pueblo de Dios manifieste su determinación a seguir la luz que el Señor le ha concedido, el enemigo desplegará todo su poder para desanimarlo. Pero no debe ceder por causa de las dificultades que surjan al tratar de seguir el consejo de Dios. El Señor nos ha dado una obra que hacer, y si llenamos sus requisitos, nos va a bendecir. . .

El enemigo trabaja activamente, como lo podrá verificar al viajar por su territorio para abrir la Palabra de Dios a la gente. A medida que el último mensaje de misericordia sea proclamado por labios humanos, Satanás tratará de abrirse paso hacia el frente. Pero no puede resistir a Cristo A medida que presentemos a la gente las verdades que ponen de manifiesto lo maligno de sus engaños, se encenderá su ira, y hará todo lo posible por obstaculizar nuestros esfuerzos. Pero siga presentando el "Así dice Jehová", recordando que Dios es su Ayudador. No ceda ante el enemigo. . .

Satanás fue una vez el ángel más glorioso de la corte celestial. Pero permitió que el afán de supremacía se posesionara de él, y fue expulsado del cielo. Descendió a esta tierra y se dedicó con gran celo a fomentar el comercio. Y a menos que permanezcamos leales, junto al príncipe Emanuel, caeremos en sus trampas. . .

En el futuro ocurrirán cosas extrañas. Se lo digo para que no se sorprenda cuando acontezcan. Todos necesitamos mantener una íntima relación con el Señor. El fin está mucho más cerca de lo que estaba cuando creímos primero. . .

Bajo la dirección de Satanás hay hombres en la actualidad que están haciendo todo lo posible para sumir al mundo en un conflicto comercial. De ese modo Satanás está tratando de crear tal estado de cosas que el mundo caiga en la incivilización. Desea que ocurran cosas extrañas que Dios, demasiado sabio para errar, no ha ordenado. Pero el Señor, sí, nuestro Dios, será el Gobernante de los cielos y la tierra. Si los hombres y mujeres cumplen sus requerimientos, se verá que él es el Gobernante que cumple su divina voluntad ( Carta 114 , del 27 de octubre de 1910, dirigida al pastor A. G. Daniells, presidente de la Asociación General).

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