"Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia
con regocijo." Sal 100: 2.
Cántense en el hogar cantos dulces y puros, y
habrá menos palabras de censura, y más de alegría, esperanza y gozo . . . Como
parte del servicio religioso, el canto no es menos importante que la oración. En
realidad, más de un canto es una oración.-Ed 163, 164.
Me siento
alarmada al observar por todas partes la frivolidad de los jóvenes y las
señoritas que profesan creer la verdad . . . Tienen un agudo oído para la
música, y Satanás sabe qué órganos excitar para animar, embargar y encantar la
mente de manera que no se desee a Cristo . . . Sobre los jóvenes descansan
solemnes responsabilidades que ellos consideran con liviandad. La introducción
de música en sus hogares, en lugar de instarlos a la santidad y la
espiritualidad, ha sido el medio de apartar sus mentes de la verdad. Los cantos
frívolos, y las piezas musicales populares y de moda, parecen agradar su gusto.
Los instrumentos de música han tomado tiempo que debiera haberse dedicado a la
oración. La música, cuando no se abusa de ella, es una gran bendición; pero
cuando se la emplea mal, es una maldición terrible.-T 1, 496, 497.
¿Qué
sucedería si hubierais sido educados y preparados en el arte de la música, y no
se os hubiera enseñado a cantar la canción nueva? ¿De qué valdría
toda esa preparación si no se os hubiera preparado apropiadamente para ser
miembros de la familia del Señor, hijos e hijas de Dios?-YI 3-8-1893.
Nadie en cuyo interior more el Salvador lo deshonrará ante los demás
produciendo melodías de un instrumento musical que aparte la mente del Dios del
cielo para concentrarla en cosas triviales.-T 1, 509, 510