"Y engaña a los moradores de la tierra con las
señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los
moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia. "(Apoc. 13: 14).
La imagen de la bestia será formada antes que
termine el tiempo de gracia, porque constituirá la gran prueba para el pueblo de
Dios, por medio de la cual se decidirá su destino eterno. . .
En
Apocalipsis 13 se presenta con claridad este asunto: "Vi otra bestia que subía de la tierra;
y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. Y
ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y
hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada".
Entonces se revela el poder milagroso: "Y engaña a los moradores de la tierra
con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los
moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que la herida de espada, y vivió. Y
se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen
hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. Y hacía que a todos,
pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca
en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender,
sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su
nombre" (Apoc. 13: 11-17).
Esta es la prueba por la que deben pasar los
hijos de Dios antes de ser sellados. Todos los que demuestren su lealtad a Dios
mediante la observancia de su ley y negándose a aceptar un falso día de reposo,
se alistarán bajo la bandera del Señor Dios Jehová y recibirán el sello del Dios
viviente. Los que renuncien a la verdad de origen celestial y acepten el
descanso dominical, recibirán la marca de la bestia. (Nota: Carta G-11,
1890.*)
Mientras se le mostraban a Juan las últimas grandes luchas de la
iglesia con las potencias terrenales, también se le permitió contemplar la
victoria final y la liberación de los fieles. . . Mirando más allá del humo y el
estruendo de la batalla, contempló a una hueste sobre el monte de Sion con el
Cordero, llevando, en vez de la marca de la bestia, "el nombre. . . de su
Padre escrito en la frente"el nombre. . . de su Padre escrito en la frente"
(Apoc. 14: 1).163 (Nota: JT2, 351