Posted: 22 Aug 2014 04:19 AM PDT
El pastor Dilson Bezerra cuenta una experiencia personal impresionante sobre el impacto de
El conflicto de los siglos
en sacerdotes católicos. Él comenta que hace varios años, cuando era un
joven estudiante, se encontraba colportando en un pueblo llamado Maués
dentro de la selva amazónica de Brasil. Tuvo que viajar durante dos días
en barco desde la ciudad de Manaos, hasta llegar a su destino
misionero. Después de una semana de trabajo y de recorrer todo el
pequeño pueblo, el domingo de mañana, comenzó a preguntarse y a orar al
Señor diciendo: ¿Dónde todavía me falta colportar? Y de repente sonaron
las campanas de la parroquia católica. Automáticamente sintió la
impresión de que debía visitar al sacerdote. Se alistó y fue para allá,
la misa ya había comenzado. Habló con uno de los encargados diciendo:
"Yo soy un seminerista que vengo de San Pablo y me gustaría hablar con
el padre después de la misa". El sacerdote le concedió esta entrevista
en su biblioteca personal.
El joven, después de "romper el hielo"
sacó sus tres libros que estaba promocionando y se los presentó. Entre
ellos estaba el libro
El conflicto de los siglos.
El sacerdote respondió: "Mira, el libro que más me gusta es..." y en
ese momento abrió un cajón del escritorio y sacó un ejemplar de
El conflicto de los siglos que
estaba bastante ajado y subrayado por dentro. El muchacho no podía
creer lo que estaba viendo y escuchando. "¡Increíble! -se decía a sí
mismo-, el padre está leyendo
El Conflicto". Luego le dijo:
"¿Usted conoce estos libros?" A lo que el padre le respondió: "Sí, por
supuesto, yo soy fan de Elena de White". En ese momento llevó al joven a
un lugar donde tenía todos los libros de Elena de White publicados por
nuestra casa editora adventista de Brasil.
"Es más, no solo tengo
estos libros, sino que los he leído todos". Nuevamente impactado, el
joven le dijo: "Entonces usted ya conoce la Iglesia Adventista del
Séptimo Día". "Claro que la conozco", le respondió. Y continuó: "La
Iglesia Adventista tiene la verdad". El joven entusiasmado le dijo:
"Pero padre, ¿por qué no se hace adventista?, tenemos una iglesia cerca
de aquí". El padre le dijo: "Yo no me hago adventista ni tampoco mi
parroquia, porque muchos de ustedes están dando muy mal testimonio en
esta zona... ustedes tienen la verdad,
pero tienen dificultad para vivirla".
Y
continuó: "Dios tiene muchos hijos en muchas iglesias, especialmente en
la Iglesia Católica... Hace poco yo fui invitado para asistir a una
conferencia especial de obispos...
y en las madrugadas nos juntábamos secretamente con un grupo de obispos para leer El conflicto de los siglos...
Ustedes creen que van a ir al cielo por guardar el sábado y que son los
mejores, pero hay muchos sacerdotes y obispos católicos que están
estudiando seriamente las profecías y ellos están esperando la hora
cierta cuando se levante la controversia entre el sábado y el domingo, y
muchos de ellos van a abrazar la verdad del sábado y van a traer a
miles de fieles católicos a la verdad... y entonces
nosotros vamos a terminar la obra que ustedes los adventistas no están terminando".
Luego
de varios años de haber sucedido esto, ese joven que ahora es un pastor
de la Iglesia Adventista reflexiona: "Cada vez que cuento esta
experiencia, se me pone 'la piel de gallina'. Yo me acuerdo bien de las
palabras de este padre. Recuerdo que estuve toda la tarde hablando con
ese padre sobre profecías y eventos finales. Cuando salí de hablar con
él y caminaba por las calles de ese pueblo, miré a los cielos y dije al
Señor:
Ten misericordia de nosotros los adventistas."
Esta historia fue sacada textualmente de las páginas 181 y 182 del libro
El mensaje final: El mayor y más urgente desafío del pueblo de Dios. Escrito por el pastor Esteban Griguol. Disponible en la
editorial Safeliz. Lo puedes ordenar también por medio del librero de tu iglesia local.