martes, 9 de septiembre de 2014

Ahora es el tiempo de trabajar para Cristo.

Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 2 Timoteo 4:1, 2.
¿Qué uso ha hecho usted de este don de Dios? Le ha provisto fuerzas motivadoras de acción, con el fin de que con paciencia y esperanza, y con una vigilancia sin descanso, pueda predicar a Cristo y a él crucificado, llamando a los perdidos a arrepentirse de sus pecados, haciendo resonar la nota de amonestación de que Cristo pronto va a venir con poder y grande gloria.
Si los miembros de la iglesia de____________ no se levantan ahora y van a trabajar a los campos misioneros, retrocederán a un sueño semejante a la muerte. ¿Cómo trabajó el Espíritu Santo en su corazón?... ¿No fueron inspirados para valerse de los talentos que Dios les dio, que cada hombre, mujer y joven deben emplear para mostrar la verdad para este tiempo, haciendo esfuerzos personales, yendo a las ciudades donde la verdad nunca ha sido proclamada, y levantando el estandarte?
¿No han sido avivadas sus energías por causa de la bendición que Dios les ha concedido? ¿No ha sido la verdad grabada más profundamente en su alma? ¿No pueden ver con más claridad su importancia relativa para los que están pereciendo sin Cristo? Desde la reveladora manifestación de la bendición de Dios, ¿están testificando por Cristo de una manera más clara y decidida que nunca antes?
El Espíritu Santo ha traído decididamente a su mente las verdades importantes y vitales para este tiempo. ¿Debe vendarse este conocimiento en una servilleta y esconderse en la tierra? No, no. Debe ser dado a los banqueros. Cuando una persona usa sus talentos, aunque sean pequeños, con fidelidad, el Espíritu Santo toma las cosas de Dios y las presenta de nuevo a la mente. Por medio de su Espíritu, Dios hace que su Palabra sea un poder vivificante. Es ágil y poderosa, y ejerce una tremenda influencia sobre las mentes no debido a la erudición o inteligencia del instrumento humano, sino porque el poder divino obra con el poder humano. Y toda la alabanza debe darse al poder divino.—Testimonies for the Ch

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