A menos que las iglesias estén organizadas de tal manera que puedan establecer e imponer el orden, no tienen ninguna esperanza que abrigar para el futuro.—Testimonies for the Church 1:270 (1862).
Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda forma de mal. 1 Tesalonicenses 5: 21-22_ Espacio de análisis de los acontecimientos actuales relacionados con la profecía bíblica
A menos que las iglesias estén organizadas de tal manera que puedan establecer e imponer el orden, no tienen ninguna esperanza que abrigar para el futuro.—Testimonies for the Church 1:270 (1862).
Una carta de un hombre llamado Aristeas nos habla del posible origen de la Septuaginta. Aristeas escribe a su hermano Filócrates y le cuenta lo que sucedió en la corte de Ptolomeo II. De acuerdo con la carta, el rey le pide a Demetrio, su bibliotecario, arreglar que la Ley Judía sea traducida y agregada a la colección real de libros. Así que se envía una carta a Eleazar, el sumo sacerdote judío de Jerusalén, pidiéndole ayuda para traducir la Ley. Aristeas mismo es uno de los dos hombres escogidos para llevar la petición a la capital judía. Setenta y dos ancianos, seis de cada una de las doce tribus, fueron escogidos como traductores y enviados a Egipto, llevando con ellos una hermosa copia de la Ley. Al llegar a Alejandría, el rey les ofreció un banquete de siete días. Después de esto, el monarca les proveyó alojamientos cerca del mar, probablemente en la isla de Faros. Bajo la sombra del faro de Alejandría los traductores completaron su trabajo. Aunque se ha dicho que esta historia puede ser una metáfora, la carta de Aristeas conserva al menos un sustrato de verdad sobre cómo empezó la Septuaginta. Aristeas describe el origen de la Septuaginta con la traducción del Pentateuco. Esto se hizo en Alejandría, donde había una gran población judía. El hebreo dejó de ser un idioma hablado ya en el período exílico o post-exílico, y el arameo se convirtió en el idioma común de los judíos. Con el ascenso de Alejandro Magno, los judíos de la diáspora fueron helenizados, y para algunos el griego se había convertido en su idioma principal. Por lo tanto, se hizo necesario que las Escrituras se tradujeran al griego. Posiblemente, el Pentateuco, se tradujo cerca de mediados del siglo III a.C. y el resto del Antiguo Testamento se tradujo en el siglo II a.C.
A medida que nuestros miembros fueron aumentando, resultó evidente que sin alguna forma de organización habría gran confusión, y la obra no se realizaría con éxito. La organización era indispensable para proporcionar sostén al ministerio, para dirigir la obra en nuevos territorios, para proteger tanto a las iglesias como a los ministros de los miembros indignos, para retener las propiedades de la iglesia, para la publicación de la verdad por medio de la prensa, y para muchos otros objetos [...].
Nos fue dada luz por su Espíritu en el sentido de que debía haber orden y disciplina cabal en la iglesia: la organización era esencial. El sistema y el orden se manifiestan en todas la obras de Dios y a través del universo. El orden es la ley del cielo, y debe ser la ley del pueblo de Dios en la tierra.—Testimonios para los Ministros, 26 (1902).El Señor nos ha hecho los depositarios de su ley; nos ha confiado una verdad sagrada y eterna, que debe darse a otros mediante advertencias fieles, reprensiones y [palabras de] aliento.—Testimonies for the Church 5:381 (1885). Los adventistas del séptimo día han sido elegidos por Dios como pueblo particular, separado del mundo. Con el gran instrumento de la verdad, los ha sacado de la cantera del mundo y los ha relacionado consigo. Ha hecho de ellos representantes suyos, y los ha llamado a ser sus embajadores durante esta última fase de la obra de salvación. Les ha encargado que proclamen al mundo la mayor suma de verdad que se haya confiado alguna vez a seres mortales, las advertencias más solemnes y terribles que Dios haya enviado alguna vez a los hombres.—Joyas de los Testimonios 3:140 (1902). En un sentido muy especial, los adventistas del séptimo día han sido colocados en el mundo como centinelas y transmisores de luz. A ellos ha sido confiada la tarea de dirigir la última amonestación a un mundo que perece. La Palabra de Dios proyecta sobre ellos una luz maravillosa. Una obra de la mayor importancia les ha sido confiada: proclamar los mensajes del primero, segundo y tercer ángeles. Ninguna otra obra puede ser comparada con esta y nada debe desviar nuestra atención de ella.—Joyas de los Testimonios 3:288 (1909).
👉 «En su humanidad [Cristo], era participante de la naturaleza divina. En su encarnación, ganó en un nuevo sentido el título de Hijo de Dios. Dijo el ángel a María: “El poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios”. Lucas 1:35. Si bien era el Hijo de un ser humano, llegó a ser en un nuevo sentido el Hijo de Dios. Así estuvo en nuestro mundo: el Hijo de Dios, y sin embargo unido a la raza humana por su nacimiento. (Mensajes Selectos, Tomo 1, 265.2)
La Iglesia Adventista del Séptimo Día en Haití ha estado orando por el retorno seguro de cuatro de sus miembros que fueron secuestrados durante un programa en línea en vivo anoche. El programa se estaba llevando a cabo en un estudio que está junto a la iglesia en Diquini, Carrefour, en las afueras de Puerto Príncipe.
“Estamos conmocionados y preocupados por nuestros feligreses, pero tenemos que fortalecer nuestra fe en Dios, aun en estos momentos tan inciertos para nuestro país”, dijo el pastor Pierre Caporal, presidente de la Iglesia Adventista en Haití.
Los cuatro miembros de iglesia que fueron secuestrados son parte del Ministerio Adventista Gospel Krèyol. Estaban llevando a cabo un programa en línea en vivo de alabanza y adoración cuando sus captores interrumpieron sus cantos y se los llevaron.
El grupo es parte de un gran coro que viaja por el país pero que tiene su sede en Diquini. El grupo pasó a ser un ministerio en línea cuando la cuarentena por la pandemia entró en efecto en 2020, y el programa de anoche tenía por propósito marcar el primer aniversario desde la transición.
Caporal animó a los miembros de iglesia durante un programa radial en vivo y una sesión en línea en el día de hoy, para que sigan orando con fervor pidiendo la liberación divina. “Confíen en Dios, crean en sus promesas, y usen siempre su Palabra como un ancla para sus vidas en medio de todos los desafíos”, dijo.
“Esto está muy cerca de nuestro corazón”, dijo el pastor Elie Henry, presidente de la Iglesia Adventista en la División Interamericana. El pastor Henry y su hija fueron liberados después de cuatro días de cautiverio en Haití en diciembre pasado..
El pastor Henry insta a los miembros de toda la División Interamericana para que oren.
“Lo sentimos por nuestros hermanos y hermanas de Haití, y sabemos que este incidente tan preocupante no podrá sacudir nuestra fe”, dijo el pastor Henry. “Dios es nuestro liberador, el que nos escucha y comprende, por lo que tenemos que orar con fervor pidiendo su intervención en favor de nuestros miembros”.
“Esto ha sido sumamente difícil de enfrentar, pero sé que Dios tiene el poder de resolver esto, y creo que pronto se resolverá”, dijo el doctor Figaro Greger, fundador y director del Ministerio Adventista Gospel Krèyol. Greger comenzó el grupo hace 26 años.
“Tenemos que orar, orar y orar. Todos necesitamos orar y esperar un milagro de Dios”, dijo Greger.
La iglesia continuará con sesiones especiales de oración esta noche durante los programas vespertinos y durante todo el sábado, dijo Caporal.
Al lector Los adventistas del séptimo día creen que han ...