El
sábado es la piedra de toque de Jehová, y ningún hombre, aunque sea
rey, sacerdote o gobernante, tiene derecho a colocarse entre Dios y el
hombre. Los que quieren ponerse por conciencia de sus semejantes, se
colocan por encima de Dios. Los que se encuentran bajo la influencia de
una falsa religión y observan un falso día de reposo descartarán las
pruebas más evidentes concernientes al sábado. Procurarán compeler a los
hombres a obedecer las leyes inventadas por ellos en oposición directa a
la ley de Dios. La ira de Dios alcanzará a aquellos que se obstinen en
ese camino. No podrán escapar al castigo a menos que cambien de
conducta.
La
ley relativa a la observancia del primer día de la semana proviene de
una cristiandad apóstata. El domingo es una hechura del papado, exaltada
por el mundo cristiano por encima del santo día de reposo de Jehová. En
ningún caso deben rendirle homenaje los hijos de Dios. Pero quiero que
entiendan que no es hacer la voluntad de Dios desafiar la oposición,
cuando él desea que la evitemos. Así crean prejuicios tan acérrimos que
imposibilitan la proclamación de la verdad. No hagáis en domingo
demostración alguna que desafíe las leyes.
Si ello sucede en un lugar y sois humillados, la misma cosa sucederá en
otra parte. Podemos emplear el domingo para realizar una obra que
favorecerá el lado de Cristo. Hagamos lo mejor que podamos trabajando
con toda humildad y mansedumbre.