"Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tenga sed venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente. "(Apocalipsis 22: 17).
El tiempo de prueba no continuará por mucho tiempo. Ahora Dios está retirando sus manos refrenadoras de la tierra. Utilizando al Espíritu Santo como su agente, por mucho tiempo ha estado instando a los mortales; sin embargo, no han prestado atención a su llamado. Por intermedio de sus juicios, ahora le está hablando a su pueblo y al mundo. Este período es un tiempo de gracia para los que todavía no han tenido la oportunidad de descubrir la verdad. Con ternura el Señor cuida de ellos. Su misericordioso corazón está sensibilizado, y sus manos todavía están extendidas para salvar. Muchos de los que en estos días finales quieran escuchar la verdad para este tiempo serán admitidos en el redil que los abrigará con seguridad.
El Señor convoca a los que creen para que sean obreros juntamente con él. ¿Por las señales admitiremos que éste es el tiempo del fin sin anunciarle a la gente lo que está por sobrevenir? ¿Dejaremos que las tinieblas los envuelvan más sin esforzarnos para que comprendan la necesidad de prepararse para recibir al Salvador? A menos que cada uno haga la obra que le corresponde realizar a su alrededor, el día del Señor nos sobrecogerá como ladrón. La confusión predomina en el mundo, y pronto se desencadenará el terror sobre los seres humanos. El fin está muy cerca, y los que sabemos acerca de la preparación que es necesaria para este tiempo debemos estar listos para lo que sobrecogerá al mundo con desconcertante sorpresa.
Como pueblo debemos preparar el camino del Señor bajo la orientación del Espíritu Santo. El evangelio debe ser proclamado en toda su pureza. Las corrientes de aguas vivas están ensanchando y profundizando su curso. De lugares cercanos y distantes, algunos serán llamados a dejar el arado y las actividades comerciales más comunes para relacionarse con hombres de experiencia, y, en la medida que aprendan a testificar con eficiencia, proclamarán la verdad con poder. Gracias a la maravillosa obra de la providencia serán removidas montañas de dificultades.
El mensaje que significa mucho para los que habitan sobre el planeta será escuchado y entendido. La gente sabrá qué es la verdad. Adelante, siempre adelante, la obra continuará avanzando hasta que toda la tierra haya sido amonestada. Entonces vendrá el fin.- Review and Herald, 22 de noviembre de 1906