martes, 15 de abril de 2014

SER SEMEJANTE A JESÚS.

Preparación para tiempos angustiosos

Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina... sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo.
Efesios 4:14, 15.

El Señor invita a su pueblo para que mejore la habilidad que le ha dado. Los poderes mentales deben desarrollarse al máximo; deben ser fortalecidos y ennoblecidos al espaciarse en las verdades espirituales. Si se permite que la mente divague casi enteramente sobre cosas insignificantes y los asuntos comunes de la vida diaria, de conformidad con una de sus leyes invariables llegara a ser débil y frívola, y deficiente en poder espiritual.—Testimonies for the Church 5:272.

Están por sobrecogernos tiempos que probarán a las almas, y los que son débiles en la fe no resistirán la prueba de aquellos días de peligro. Las grandes verdades de la revelación deben ser estudiadas cuidadosamente, porque todos necesitaremos un conocimiento inteligente de la Palabra de Dios. El estudio de la Biblia y la comunión diaria con Jesús nos darán nociones bien definidas de responsabilidad personal y fuerza para subsistir en el día de fuego y tentación. Aquel cuya vida esté unida con Cristo por vínculos ocultos, será guardado por el poder de Dios mediante la fe que salva.

Debiera reflexionarse más en las cosas de Dios, y menos en los asuntos temporales. El cristiano profeso que ama al mundo puede llegar a familiarizarse tanto con la Palabra de Dios, como lo ha hecho ya con los asuntos mundanales, si ejercita su mente en esa dirección. “Escudriñad las Escrituras”, dijo Cristo, “porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”. Juan 5:39.

Se requiere del cristiano que sea diligente en escudriñar las Escrituras, en leer una y otra vez las verdades de la Palabra de Dios. La ignorancia voluntaria con respecto a ellas hace peligrar la vida cristiana y el carácter. Ciega el entendimiento y corrompe las facultades más nobles. Esto es lo que produce confusión en nuestra vida. Nuestros hermanos necesitan comprender los oráculos de Dios; necesitan tener un conocimiento sistemático de los principios de la verdad revelada, lo cual los preparará para sobrellevar aquello que está por sobrevenir sobre la tierra e impedirá que sean llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina.—Joyas de los Testimonios 2:101.

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