Aprender la verdad; después, vivirla
En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. Salmos 119:11.
Estudien la Palabra, la cual Dios en su sabiduría, amor y bondad ha hecho tan clara y sencilla. El (capítulo 6) de Juan nos dice lo que significa el estudio de la Palabra. Los principios revelados en las Escrituras deben enseñarse a todos. Debemos comer la Palabra de Dios; esto significa que no debemos apartarnos de sus preceptos. Debemos introducir sus verdades en nuestra vida diaria y captar los misterios de la Deidad.
Oren a Dios. Estén en comunión con él. Estudien la mente de Dios, como quienes se esfuerzan por alcanzar la vida eterna y necesitan conocer su voluntad. Pueden revelar la verdad únicamente como la conocen en Cristo. Deben recibir y asimilar sus palabras; éstas deben llegar a formar parte de ustedes. Esto es lo que significa comer la carne y beber la sangre del Hijo de Dios. Deben vivir por cada palabra que procede de la boca de Dios; es decir, lo que Dios ha revelado. No todo ha sido revelado; porque no podríamos soportar tal revelación. Pero Dios ha revelado todo lo que es necesario para nuestra salvación. No debemos dejar su Palabra para aceptar las suposiciones de los seres humanos.
Obtengan un conocimiento experimental de Dios llevando el yugo de Cristo. Él concede sabiduría a los humildes y a los mansos, y les permite juzgar lo que es la verdad y captar las razones fundamentales, con el fin de señalar los resultados de ciertas acciones. El Espíritu Santo enseña a los estudiantes de las Escrituras a juzgar todas las cosas por medio de las normas de justicia y de verdad. La revelación divina le proporciona los conocimientos necesarios...
Conviertan la Biblia en su consejero. Llegarán a familiarizarse rápidamente con ella si mantienen su mente libre de la escoria del mundo. Cuanto más se estudie la Biblia, tanto más profundo llegará a ser el conocimiento de Dios. Las verdades de su Palabra serán escritas en su alma y realizarán una impresión imborrable...
No sólo se beneficiará el estudiante mismo por el estudio de la Palabra de Dios. Su estudio es vida y salvación para todos los que se relacionan con él. Experimentará una responsabilidad sagrada de impartir el conocimiento que recibe. Su vida revelará la ayuda y el poder que recibe de la comunión con la Palabra... El Señor Jesús puede decir de los tales: “Ustedes son colaboradores juntamente con Dios”.—Consejos sobre la Salud, 367-369.
En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. Salmos 119:11.
Estudien la Palabra, la cual Dios en su sabiduría, amor y bondad ha hecho tan clara y sencilla. El (capítulo 6) de Juan nos dice lo que significa el estudio de la Palabra. Los principios revelados en las Escrituras deben enseñarse a todos. Debemos comer la Palabra de Dios; esto significa que no debemos apartarnos de sus preceptos. Debemos introducir sus verdades en nuestra vida diaria y captar los misterios de la Deidad.
Oren a Dios. Estén en comunión con él. Estudien la mente de Dios, como quienes se esfuerzan por alcanzar la vida eterna y necesitan conocer su voluntad. Pueden revelar la verdad únicamente como la conocen en Cristo. Deben recibir y asimilar sus palabras; éstas deben llegar a formar parte de ustedes. Esto es lo que significa comer la carne y beber la sangre del Hijo de Dios. Deben vivir por cada palabra que procede de la boca de Dios; es decir, lo que Dios ha revelado. No todo ha sido revelado; porque no podríamos soportar tal revelación. Pero Dios ha revelado todo lo que es necesario para nuestra salvación. No debemos dejar su Palabra para aceptar las suposiciones de los seres humanos.
Obtengan un conocimiento experimental de Dios llevando el yugo de Cristo. Él concede sabiduría a los humildes y a los mansos, y les permite juzgar lo que es la verdad y captar las razones fundamentales, con el fin de señalar los resultados de ciertas acciones. El Espíritu Santo enseña a los estudiantes de las Escrituras a juzgar todas las cosas por medio de las normas de justicia y de verdad. La revelación divina le proporciona los conocimientos necesarios...
Conviertan la Biblia en su consejero. Llegarán a familiarizarse rápidamente con ella si mantienen su mente libre de la escoria del mundo. Cuanto más se estudie la Biblia, tanto más profundo llegará a ser el conocimiento de Dios. Las verdades de su Palabra serán escritas en su alma y realizarán una impresión imborrable...
No sólo se beneficiará el estudiante mismo por el estudio de la Palabra de Dios. Su estudio es vida y salvación para todos los que se relacionan con él. Experimentará una responsabilidad sagrada de impartir el conocimiento que recibe. Su vida revelará la ayuda y el poder que recibe de la comunión con la Palabra... El Señor Jesús puede decir de los tales: “Ustedes son colaboradores juntamente con Dios”.—Consejos sobre la Salud, 367-369.
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