Casi nadie que yo conozca relaciona el descanso dominical con la justicia. Pero, como escribe el cardenal Ratzinger, el descanso dominical une y bendice a todos. Hubo un tiempo, no hace mucho, en el que realmente pensábamos que todos merecían un día para descansar juntos.
Charles Pope
Actualizado 28 marzo 2015
Los que somos un poco mayores recordamos que en tiempos reinaba el silencio en domingo en el centro de la ciudad, y en los centros comerciales los aparcamientos estaban vacíos. La mayor parte de los negocios cerraban y poca gente tenía que trabajar en domingo. Sin duda había excepciones, como el personal médico, los servicios de emergencia y quienes realizaban labores esenciales en las plantas eléctricas. Pero para la mayoría, el domingo era un día libre. Y aunque el Sabbath bíblico era en sábado, en una nación ampliamente cristiana el domingo era el "sabbath", día de descanso.
En aquellos tiempos, la misa era por la mañana, y luego era el momento del hogar, con una comida familiar a mediodía. Recuerdo que en los años 60, después de la misa, nuestra familia volvía a casa, los niños nos quitábamos "la ropa de ir a la iglesia" y jugábamos: en el jardín en los meses de buen tiempo y en el sótano si hacía frío o mal tiempo. Papá y mamá anunciaban "la hora de los padres" y echaban a los niños del comedor, donde tomaban el café, leían el periódico y charlaban.
La cena era a las cuatro o las cinco de la tarde. A menudo los abuelos venían con nosotros o íbamos nosotros a su casa. Por la tarde echaban en la tele Mutual of Omaha’s Wild Kingdom (un programa sobre la naturaleza), seguido de El maravilloso mundo de Disney. Y luego venía el show de Lawrence Welk, que nosotros detestábamos pero que a mamá y papá les encantaba (en cuanto acababa Disney, nosotros nos íbamos para seguir jugando).
Fue el final de una época. A mediados de los 70 se fueron derogando numerosas leyes (Blue laws o Sunday laws, en Estados Unidos) que prohibían la venta de ciertos productos o la actividad de cierto tipo de negocios en domingo. ¡Al diablo con la familia, vámonos al centro comercial! http://www.religionenlibertad.com/sobre-la-justicia-perdida-del-descanso-dominical-41458.htm
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