sábado, 24 de abril de 2021

El congreso de la asociación general de 1901 responde

 

¿Quién suponen ustedes ha estado entre nosotros desde que comenzó esta Conferencia? ¿Quién ha mantenido a distancia los rasgos objetables que generalmente aparecen en una reunión como esta? ¿Quién ha caminado de arriba abajo por los pasillos de este tabernáculo? El Dios del cielo y sus ángeles. Y no vinieron aquí para despedazaros, sino para daros una mente cuerda y apacible. Han estado entre nosotros para obrar las obras de Dios, para mantener alejados a los poderes de las tinieblas, para que no sea obstaculizada la obra que Dios ha planeado que se haga. Los ángeles de Dios han estado trabajando entre nosotros [...].

Jamás en mi vida he estado más asombrada que al ver el giro que han tomado las cosas en esta reunión. Esta no es nuestra obra. Dios la ha originado. Se me había dado instrucción al respecto, pero no pude comprenderla hasta que en esta reunión se completó la elaboración de los planes. Los ángeles de Dios han estado caminando de un lado al otro entre esta congregación. Quiero que cada uno de vosotros recuerde esto, y también quiero que recordéis que Dios ha dicho que sanará las heridas de su pueblo.—The General Conference Bulletin, 25 de abril de 1901, pp. 463-464. El Señor obró poderosamente en favor de su pueblo durante [el congreso de] la Asociación General. Cada vez que pienso sobre esa reunión, viene sobre mí una dulce solemnidad, que envía un resplandor de gratitud a mi alma. Hemos visto las pisadas majestuosas del Señor nuestro Redentor. Alabamos su santo nombre porque él ha traído liberación a su pueblo.—The Review and Herald, 26 de noviembre de 1901. Ha sido necesario organizar uniones de asociaciones, para que la Asociación General no ejerza una dictadura sobre todas las asociaciones separadas. El poder conferido a la Asociación [General] no debe centrarse en un hombre o dos o seis; debe haber un concilio de hombres sobre las divisiones separadas.Manuscrito 26, 3 de abril de 1903.

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