Todos los caminos conducen a Roma, y Roma está volviendo a su pasado totalitario. A partir del 1 de octubre de 2021, se requerirá un pasaporte Covid-19 para ingresar al Vaticano. La orden provino del Papa Francisco, quien pidió a los funcionarios del Vaticano "tomar todas las medidas apropiadas para prevenir, controlar y combatir la emergencia de salud pública en curso en el estado de la Ciudad del Vaticano". El Papa Francisco dio la orden porque quería "afirmar que es necesario garantizar la salud y el bienestar de la Comunidad de trabajo en el respeto de la dignidad, los derechos y las libertades fundamentales de cada miembro". [1]
¿El Papa Francisco dice que este nuevo mandato afirma la dignidad, los derechos y las libertades de cada miembro? Pero parece que este requisito del pasaporte Covid-19, en lugar de respetar los derechos de todos los miembros, en realidad va en contra de ellos. Las cosas van de mal en peor a medida que el Vaticano lidera el camino y abre la puerta para que otras naciones sigan su ejemplo.
Ciertamente vivimos tiempos difíciles en los que la sociedad abraza esta nueva obsesión de querer vacunar a todos. Primero comenzó con los ancianos. Ahora quieren imponer esto a todos o ya no podrás vivir una vida normal. Nos dicen que todavía tenemos una opción; bueno en realidad no. Quienes rechacen los mandatos se verán obligados a someterse o pasar el resto de su vida sin trabajo, sin dinero y excluidos de la sociedad.
En otras palabras, la elección es la vacunación obligatoria o la inanición. Mientras que los globalistas acusan a otros de "teorías de la conspiración", van más y más hacia la dictadura y la tiranía. ¿Seguimos creyendo que todos los cambios que se están produciendo en nuestro mundo y que revolucionarán la economía global, la tecnología de la información, las comunicaciones, el comercio, el medio ambiente, los viajes, la política, la religión y el culto todavía tienen que ver con una vacuna?
¿Seguimos creyendo que solo están imponiendo algunas restricciones? Es solo un bloqueo, una máscara, una identificación digital, una sociedad sin efectivo, un toque de queda y un sistema de seguimiento para monitorear todo lo que hacemos. Se trata solo de silenciar el derecho a la protesta y la libertad de expresión para que podamos preservar la paz. Es solo un campo de cuarentena para los no vacunados. Es solo una “estrella amarilla” y un viaje en tren para quienes no cumplen con los mandatos. Y esas son solo duchas que parecen cámaras de gas.
Recuerde, nos dicen, todo es solo una teoría de la conspiración y la esclavitud es en realidad libertad. ¿Estamos preparados para lo que la inspiración dice que viene?
“Una gran crisis aguarda al pueblo de Dios. Una crisis aguarda al mundo. La lucha más trascendental de todas las épocas está ante nosotros. Acontecimientos que por más de cuarenta años hemos tenido bajo la autoridad de la palabra profética declarados inminentes, están sucediendo ahora ante nuestros ojos. Ya se ha planteado a los legisladores de la nación la cuestión de una enmienda a la Constitución que restrinja la libertad de conciencia. La cuestión de hacer cumplir la observancia del domingo se ha convertido en una cuestión de interés e importancia nacional . Bien sabemos cuál será el resultado de este movimiento. Pero, ¿estamos preparados para el problema? ¿Hemos cumplido fielmente con el deber que Dios nos ha encomendado de advertir al pueblo del peligro que se avecina? (Testimonios, Vol. 5, p. 711).
“Estamos llegando a una crisis que, más que en cualquier otro momento desde el comienzo del mundo, exigirá la consagración completa de todos los que han puesto el nombre de Cristo” (Obreros Evangélicos, p. 323).
Fuentes
[1] https://www.catholicnewsagency.com/news/249038/vatican-requires-vaccine-pass-for-visitors-employees
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