martes, 18 de enero de 2022

Continúa la batalla contra el yo


Mientras reine Satanás, tendremos que dominarnos a nosotros mismos y vencer los pecados que nos rodean; mientras dure la vida, no habrá un momento de descanso, un lugar al cual podamos llegar y decir: Alcancé plenamente el blanco. La santificación es el resultado de la obediencia prestada durante toda la vida.—Los Hechos de los Apóstoles, 448 (1911).

Debe mantenerse una guerra constante contra la mente carnal; y la influencia refinadora de la gracia de Dios debe ayudarnos, la cual atraerá la mente hacia arriba y la habituará a meditar en temas puros y santos.—Testimonies for the Church 2:479 (1870). Podemos crear un mundo irreal en nuestra mente o imaginar una iglesia ideal, donde las tentaciones de Satanás no nos impulsen más al mal; pero la perfección solo existe en nuestra imaginación.—The Review and Herald, 8 de agosto de 1893. Cuando los seres humanos reciban la carne santificada, no permanecerán en la tierra, sino que serán llevados al cielo. Si bien es cierto que el pecado es perdonado en esta vida, sus resultados no son ahora suprimidos por completo. Es en ocasión de su venida cuando Cristo “transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya”.—Mensajes Selectos 2:38 (1901).

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