"Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia. " (Apoc. 13: 3).
En el homenaje al papado, Estados Unidos no estará solo. La influencia de Roma en los países que una vez reconocieron su dominio está lejos de estar destruida. (Nota: *ST, 15-2-1910.)
En el último conflicto el sábado será el punto especialmente controvertido en toda la cristiandad. Los gobernantes seculares y dirigentes religiosos se unirán para imponer la observancia del domingo, y al fracasar medidas más benignas, se promulgarán leyes sumamente opresivas. Se insistirá en que no se debe tolerar a los pocos que ase oponen a una institución de la iglesia y a la ley del país. . . El romanismo en el Viejo Mundo y el protestantismo apóstata en el Nuevo seguirán una conducta similar hacia los que honran los preceptos divinos. (Nota: *SP4, 444, 445.)
El así llamado mundo cristiano será el teatro de acciones grandes y decisivas. Hombres investidos de autoridad promulgarán leyes para dominar las conciencias, a ejemplo del papado. Babilonia hará beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación. Toda nación estará implicada. (Nota: *M 24, 1891.)
Al final de la lucha, toda la cristiandad quedará dividida en dos grandes categorías: la de los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, y la de los que adoran a la bestia y a su imagen, y reciben su marca. Si bien la iglesia y el estado se unirán para obligar a "todos, pequeños y grandes, así ricos como pobres, así libres como esclavos","todos, pequeños y grandes, así ricos como pobres, así libres como esclavos", a que tengan "la marca de la bestia"la marca de la bestia" (Apoc. 13: 16, VM), el pueblo de Dios no la tendrá. El profeta de Patmos vio que "los que habían salido victoriosos de la prueba de la bestia y de su imagen, y del número de su nombre, estaban sobre aquel mar de vidrio, teniendo arpas de Dios"los que habían salido victoriosos de la prueba de la bestia y de su imagen, y del número de su nombre, estaban sobre aquel mar de vidrio, teniendo arpas de Dios", y cantaban el cántico de Moisés y del Cordero (Apoc. 15: 2, 3, VM).187 (Nota: *CS, 503