9 de mayo
Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Lucas 17:26.
Me ha sido mostrado que un terrible estado de cosas existe en nuestro mundo. El ángel de la misericordia está doblando sus alas, listo para partir...
La ley de Dios es invalidada. Vemos y oímos confusión y perplejidad, necesidad y hambre, terremotos e inundaciones; terribles atrocidades serán cometidas por los hombres; la pasión, y no la razón, domina. La ira de Dios se cierne sobre los habitantes del mundo, quienes rápidamente se están haciendo tan corruptos como los habitantes de Sodoma y Gomorra. Ya mismo los incendios y las inundaciones están destruyendo miles de vidas y la propiedad que ha sido egoístamente acumulada por la opresión de los pobres. El Señor pronto abreviará su obra y pondrá fin al pecado. ¡Oh, que las escenas que me han sido presentadas de las iniquidades que se practican en estos últimos días pudieran impresionar profundamente las mentes del profeso pueblo de Dios!
Como fue en los días de Noé, así será cuando se manifieste el Hijo del Hombre. El Señor está retirando sus restricciones de la tierra, y pronto habrá muerte y destrucción, y aumentarán los crímenes y las obras de maldad contra los ricos que se han exaltado sobre los pobres. Los que no tengan la protección de Dios no encontrarán seguridad en ningún lugar ni situación. Agentes humanos están siendo adiestrados y están empleando sus facultades inventivas para poner en movimiento la más potente maquinaria para herir y matar.—Testimonies for the Church 8:56, 57.
Mis hermanos y hermanas... apelo a vosotros... La vida de muchos es demasiado delicada y melindrosa... Creen que son cristianos, pero no saben lo que significa una vida cristiana práctica. ¿Qué significa ser cristiano? Significa ser semejante a Cristo.
Cooperad con Dios trabajando en armonía con él. Echad fuera del templo de vuestra alma todo lo que asuma la forma de un ídolo. Ahora es el tiempo de Dios, y su tiempo es vuestro tiempo. Pelead la buena batalla de la fe, rehusando pensar o hablar con incredulidad. El mundo ha de escuchar el postrer mensaje de advertencia.—Testimonies for the Church 8:60.
Maranata, p. 141.