Católicos militantes de los movimientos cívico-religiosos denuncian la actuación en su seno de una nueva masonería blanca inspirada en el poderoso Yunque mexicano
La palabra Yunque no volvió a aparecer asociada al secretismo conspirativo hasta que, el pasado 8 de marzo, ReligionenLibertad.com publicó lo siguiente: "Yunque, Organización del Bien Común, Mariachis, tanto da; estamos ante una organización que intenta pasar por inexistente y actuar de espaldas a la sociedad. ¿Son conscientes de que su modo de captación, basado en el secreto y dirigido a los adolescentes y jóvenes, ha creado situaciones dramáticas en muchas familias? (...). ¿Se han planteado el papelón que están haciendo algunos obispos?". Tan revelador como el texto es que fue escrito por Alejandro Campoy, el antiguo portavoz de la plataforma digital Hazte Oír (HO), que alcanzó cierta notoriedad cuando colocó en el escaño del presidente Zapatero una fotografía de Miguel Ángel Blanco y dos rosas blancas manchadas de mercromina. Por anacrónica y extravagante que resulte, la sospecha de que existe una sociedad secreta de elementos juramentados se ha abierto paso en los entramados digitales del neoconservadurismo católico y dentro de la propia Iglesia.http://elpais.com/diario/2011/01/02/domingo/1293943954_850215.html
La palabra Yunque no volvió a aparecer asociada al secretismo conspirativo hasta que, el pasado 8 de marzo, ReligionenLibertad.com publicó lo siguiente: "Yunque, Organización del Bien Común, Mariachis, tanto da; estamos ante una organización que intenta pasar por inexistente y actuar de espaldas a la sociedad. ¿Son conscientes de que su modo de captación, basado en el secreto y dirigido a los adolescentes y jóvenes, ha creado situaciones dramáticas en muchas familias? (...). ¿Se han planteado el papelón que están haciendo algunos obispos?". Tan revelador como el texto es que fue escrito por Alejandro Campoy, el antiguo portavoz de la plataforma digital Hazte Oír (HO), que alcanzó cierta notoriedad cuando colocó en el escaño del presidente Zapatero una fotografía de Miguel Ángel Blanco y dos rosas blancas manchadas de mercromina. Por anacrónica y extravagante que resulte, la sospecha de que existe una sociedad secreta de elementos juramentados se ha abierto paso en los entramados digitales del neoconservadurismo católico y dentro de la propia Iglesia.http://elpais.com/diario/2011/01/02/domingo/1293943954_850215.html
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