lunes, 22 de julio de 2013

Nuestra Elevada Vocación.

Cómo estudiar la Biblia

Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. Juan 5:39.
El Libro de los libros tiene el derecho más elevado a nuestra reverente atención. No debemos satisfacernos con un conocimiento superficial, sino que debemos tratar de aprender el pleno significado de las palabras de verdad, y beber profundamente del espíritu de los oráculos divinos. El leer un cierto número de capítulos cada día, o confiar a la memoria una cierta cantidad sin pensar cuidadosamente en el significado del texto sagrado, es un trabajo de poco provecho. ... Algunas porciones de las Escrituras son, en realidad, demasiado sencillas para ser entendidas mal; pero hay otras cuyo significado no está en la superficie, para ser visto de una ojeada. La Escritura debe compararse con la Escritura; debe haber una cuidadosa búsqueda y una paciente reflexión. Y tal estudio proporcionará ricos dividendos. Así como el minero descubre las vetas de precioso metal ocultas debajo de la superficie de la tierra, también el que busca perseverantemente en la Palabra de Dios un tesoro, encuentra verdades del mayor valor, que están ocultas de la vista del buscador descuidado.
No debe economizarse ningún esfuerzo por establecer el debido hábito de estudio. Si la mente divaga, tráigasela a su objeto. Si el gusto intelectual y moral ha sido pervertido por las historias excitantes de ficción, ... entonces tenéis que tener una batalla con vosotros mismos para vencer este hábito depravado. ... Estamos rodeados por la incredulidad. La misma atmósfera aparece cargada de ella. Únicamente mediante el esfuerzo constante podemos resistir su poder. ... Apelo a jóvenes y viejos: Haced de la Palabra de Dios vuestro libro de texto. En ella encontraréis la verdadera norma de carácter.
En todo el campo de la revelación están esparcidas las gozosas fuentes de la verdad divina, de paz y de gozo. Están dentro del alcance de cada buscador. Las palabras de la inspiración, pesadas en el corazón, serán como corrientes que fluyen del río del agua de la vida. Nuestro Salvador oró para que las mentes de sus discípulos pudieran ser abiertas al entendimiento de las Escrituras. Y cuando quiera que estudiemos la Biblia con una actitud de oración, el Espíritu Santo estará cerca para abrirnos el significado de las palabras que leemos.—The Review and Herald, 9 de octubre de 1883.

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