"No hay señales de que se espere a Cristo ni preparativos para
recibir al Príncipe de la vida. Asombrado, el mensajero celestial está
a punto de volverse al cielo con la vergonzosa noticia, cuando
descubre un grupo de pastores que están cuidando sus rebaños durante
la noche, y que al contemplar el cielo estrellado, meditan en la
profecía de un Mesías que debe venir a la tierra y anhelan el
advenimiento del Redentor del mundo. Aquí tenemos un grupo de seres
humanos preparados para recibir el mensaje celestial. Y de pronto
aparece el ángel del Señor proclamando las buenas nuevas de gran
gozo...
¡Oh! ¡Qué lección encierra esta
maravillosa historia de Belén! ¡Qué reconvención para nuestra
incredulidad, nuestro orgullo y amor propio! ¡Cómo nos amonesta a que
tengamos cuidado, no sea que por nuestra criminal indiferencia, nosotros
también dejemos de discernir las señales de los tiempos, y no
conozcamos el día de nuestra visitación! (Nota: CS, 358-360.* )"
Maranatha: La Lección de Belen
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