Nuestros impresos debieran ir a todo lugar. Publíquense en muchos idiomas. El mensaje del tercer ángel debe darse por este medio tanto como por la predicación de viva voz. Despertad, vosotros que creéis en la verdad para este tiempo. Os incumbe el deber actual de proveer todos los medios posibles para sostener a quienes comprenden la verdad, para que la proclamen. Una parte de los ingresos provenientes de la venta de nuestras publicaciones debiera servir para aumentar nuestro equipo de herramientas, a fin de poder así producir una cantidad mayor de impresos destinados a abrir los ojos de los ciegos y a enternecer los corazones.
Existe el peligro de que nos dejemos invadir por un espíritu de mercantilismo y absorber tanto en los negocios terrenales, que las verdades de la Palabra de Dios no se manifiesten en nuestra vida. El amor de los negocios y de la ganancia se vuelve siempre más dominante. Hermanos míos, sean vuestras almas realmente convertidas. Si hubo alguna vez un tiempo en que fuese necesario comprender nuestra responsabilidad, es ahora, cuando la verdad está caída en la calle y la rectitud no puede entrar. Satanás ha bajado teniendo gran poder, para obrar con todas las seducciones de injusticia en aquellos que perecen; y todo lo que es susceptible de ser removido lo será; solamente subsistirán aquellas cosas que no puedan serlo. El Señor vendrá; estamos entrando en escenas de calamidades. Los agentes de Satanás aunque invisibles, se esfuerzan por destruir las vidas humanas. Pero si nuestra vida está escondida con Cristo en Dios, contemplaremos su gracia y su salvación. El Señor viene para establecer su reino sobre la tierra. Que nuestras lenguas sean santificadas y empleadas para su gloria. Trabajemos ahora como no lo hicimos nunca. Somos exhortados a instar “a tiempo y fuera de tiempo.” 2 Timoteo 4:2. Debemos crear oportunidades para la presentación de la verdad, y aprovechar toda ocasión que se nos presente para atraer las almas al Salvador. Como pueblo, debemos volver a convertirnos, de manera que nuestra vida santificada anuncie la verdad tal cual es en Jesús. Al mismo tiempo que repartimos nuestras publicaciones, podemos, con el corazón ardiente y palpitante, hablar del amor del Salvador. Sólo Dios puede perdonar los pecados; si no comunicamos este mensaje a los inconversos, nuestra negligencia puede implicar su perdición. Nuestros periódicos contienen verdades bíblicas benditas y salvadoras. Muchas personas pueden contribuir a la venta de nuestros periódicos. El Señor nos pide a todos que nos esforcemos para salvar las almas que perecen. Satanás está obrando; procura seducir aun a los mismos escogidos; ahora es el momento de trabajar con vigilancia. Debe darse publicidad a nuestros libros y periódicos; el Evangelio de la verdad presente debe ser dado sin tardanza a nuestras ciudades. ¿Cumpliremos con nuestro deber?
No hay comentarios:
Publicar un comentario