"Amados,
por la gran solicitud que tenía de escribimos acerca de nuestra común salvación,
me ha sido necesario escribimos exhortándoos que contendáis ardientemente por la
fe que ha sido una vez dada a los santos." (Judas 3).
Judas escribe este
mensaje con el propósito de alertar a los creyentes acerca de las influencias
seductoras de los falsos maestros que tienen la apariencia de piedad, pero que
no son líderes confiables. En los días finales se levantarán falsos
adoctrinadores que llegarán a ser activos y celosos. Presentarán toda suerte de
teorías para desviar de la verdad que define la posición segura que cada uno
debe ocupar en este tiempo cuando Satanás esta trabajando con poder sobre los
religiosos, a quienes induce a pretender que son justos, pero que se equivocan
al no someterse a la orientación del Espíritu Santo.
Se mezclarán falsas
teorías con cada fase de la experiencia, y se abogará con satánico fervor con el
propósito de cautivar la mente de cada creyente cuyo conocimiento no esté
enraizado en los sagrados principios de la Palabra de Dios. En nuestro propio
medio se levantarán falsos maestros investidos de espíritus seductores que
sostendrán doctrinas de origen satánico. Con palabras
lisonjeras, con tacto seductor y con tergiversaciones habilidosas, lograrán
arrastrar como discípulos a los que estén desprevenidos.
La única
esperanza para nuestra feligresía está en mantenerse muy alerta. Sólo los que
estén bien fundamentados en la verdad de las Escrituras, y sometan a prueba cada
planteamiento con un "Así dice el Señor", estarán a salvo. El Espíritu Santo
guiará a los que aprecian la sabiduría de Dios que está por encima de los
engaños y sofisterías de las agencias satánicas. Debe haber mucha
oración, no al estilo humano, sino bajo la inspiración del amor a la verdad tal
cual es en Jesús. Las familias que creen en la verdad hablarán palabras de
sabiduría y de inteligencia; palabras que recordarán como resultado de haber
escudriñado las Escrituras.
Ahora es el tiempo de prueba y aflicción.
Ahora es cuando los integrantes de cada familia de creyentes debe cerrar los
labios a las acusaciones contra sus hermanos. Hay que hablar palabras que den
coraje y que fortalezcan la fe que obra por amor y purifica todo el ser.-
Manuscript 94, 1903 (The Kress Collection, p. 5