Mientras en Londres sigue la polémica por los misteriosos pinchos de metal colocados en los portales de las viviendas más lujosas, para evitar que los vagabundos pernocten en la zona, muchos kilómetros más allá utilizan un método más expeditivo a la hora de evitar el descanso de los sin techo. Ni siquiera debajo de los puentes.
Por ejemplo, la administración de la ciudad de Cantón (Guangzhou) es de las que piensan que las personas sin hogar que duermen bajo estas estructuras viales afean la imagen de una urbe con más de 13 millones de habitantes.
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