viernes, 20 de junio de 2014

Los cristianos nunca deben apartarse de la integridad



Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.
Lucas 16:15.

En todos los detalles de la vida deben mantenerse los más estrictos principios de honestidad. Éstos... gobiernan el mundo, porque Satanás, un engañador, mentiroso y opresor, es el amo, y sus súbditos lo siguen y ejecutan sus propósitos. Pero los cristianos sirven bajo un Amo diferente, y sus acciones deben realizarlas sin tomar en cuenta la ganancia egoísta. La desviación de la perfecta limpieza en las transacciones comerciales puede ser poca cosa según algunos, pero nuestro Salvador no lo consideró así. Sus palabras... son claras y explícitas: “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel”. Lucas 16:10. Si alguien se aprovecha de su vecino en cosas de poca monta, se aprovechará en mayor medida cuando se le presente la tentación. Un falso testimonio en un asunto de poca importancia es tan deshonesto a la vista de Dios como una falsedad en algo mucho más importante.

En el mundo cristiano actual se práctica el fraude en una medida alarmante. La gente que guarda los mandamientos de Dios debería demostrar que está por encima de esas cosas. Las prácticas deshonestas, que malogran los tratos de los hombres y las mujeres con sus semejantes, nunca deberían ser llevadas a cabo por alguien que profesa creer la verdad presente. El pueblo de Dios le causa un gran daño a la verdad cuando se aparta en lo más mínimo de la integridad. Puede ser que la apariencia de alguien no sea muy agradable; puede que sea deficiente en muchos sentidos, pero si tiene la reputación de ser recto y honesto, se lo respetará. La estricta integridad cubre muchos rasgos objetables de carácter. Las personas que se aferren insistentemente a la verdad, ganarán la confianza de todos. No sólo confiarán en ellos sus hermanos en la fe; los incrédulos también se verán obligados a reconocerlas como personas de honor.

Los siervos de Dios están más o menos obligados a participar de las transacciones comerciales del mundo, pero deberían comprar y vender sabiendo que el ojo de Dios está sobre ellos. No se deben usar ni balanzas falsas ni pesas engañosas, porque son abominación para el Señor. En cada transacción comercial el cristiano debe ser exactamente lo que él quiere que sus hermanos crean que es. Su conducta tiene la dirección que le imprimen los principios fundamentales. No traza planes engañosos; por lo tanto, no tiene nada que ocultar, nada que disimular.—Mente, Carácter y Personalidad 2:452, 453.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Progresemos y aumentemos nuestra eficiencia

El Señor desea que se siga proclamando con creciente eficiencia el mensaje del tercer ángel. Como obró él e...