El tiempo está pasando rápidamente a la eternidad. ¿Retendrá alguno lo que pertenece estrictamente a Dios? ¿Le negará alguno lo que, aunque puede ser dado sin mérito, no puede ser negado sin que ello acarree la ruina? El Señor ha dado a cada uno su obra, y los santos ángeles quieren que hagamos esta obra. Mientras veláis, oráis y trabajáis, ellos están listos para cooperar con vosotros. Cuando el intelecto siente la influencia del Espíritu Santo, todos los afectos obran armoniosamente de acuerdo con la voluntad divina. Entonces los hombres darán a Dios lo suyo diciendo: “Todo es tuyo, y lo recibido de tu mano te damos.” Dios perdone a su pueblo por no haber obrado así.
Hermanos y hermanas, he tratado de presentaros las cosas tal como son; pero mi intento queda muy lejos de la realidad. ¿Rechazaréis mi súplica? No soy yo la que os suplico; es el Señor Jesús, quien dió su vida por el mundo. No he hecho sino obedecer la voluntad y el requerimiento de Dios. ¿Aprovecharéis la oportunidad de honrar la obra de Dios y respetar a los siervos a quienes envió a hacer su voluntad y a guiar las almas al cielo? “Esto empero digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, o por necesidad; porque Dios ama el dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia; a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo que basta, abundéis para toda buena obra: como está escrito: Derramó, dió a los pobres; su justicia permanece para siempre. Y el que da simiente al que siembra, también dará pan para comer, y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los crecimientos de los frutos de vuestra justicia; para que estéis enriquecidos en todo para toda bondad, la cual obra por nosotros hacimiento de gracias a Dios. Porque la suministración de este servicio, no solamente suple lo que a los santos falta, sino también abunda en muchos hacimientos de gracias a Dios: que por la experiencia de esta suministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la bondad de contribuir para ellos y para todos; asimismo por la oración de ellos a favor vuestro, los cuales os quieren a causa de la eminente gracia de Dios en vosotros. Gracias a Dios por su don inefable.” 2 Corintios 9:6-15.*****
Los que están reteniendo egoístamente sus recursos, no necesitan sorprenderse si la mano de Dios los dispersa. Lo que debieran haber dedicado al progreso de la obra y la causa de Dios, pero que retuvieron, puede ser confiado a un hijo pródigo que lo despilfarrará. Un hermoso caballo, orgullo de un corazón vano, puede ser encontrado muerto en el establo. Ocasionalmente puede morir una vaca. Pueden producirse pérdidas de frutas y otras cosechas. Dios puede dispersar los recursos que prestó a sus administradores, si éstos se niegan a usarlos para su gloria. Vi que algunos no tendrán quizás ninguna de estas pérdidas para recordarles cuán remisos han sido en cuanto a su deber, pero sus casos son, tal vez, más desesperados.
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