Por Izuchukwu Riquezas Ubani
“No es necesario poner por escrito innumerables palabras para justificar lo que habla por sí solo y brilla con su claridad. La verdad es directa, sencilla, clara y se destaca con audacia en su propia defensa; pero no ocurre lo mismo con el error. Es tan sinuoso y retorcido que necesita una multitud de palabras para explicarlo en su forma torcida” (Primeros escritos, p. 96).
“Ningún error es verdad, ni puede convertirse en verdad mediante la repetición o la fe en él. La sinceridad nunca salvará a un alma de las consecuencias de creer en un error. Sin sinceridad no hay religión, pero la sinceridad en una religión falsa nunca salvará a un hombre. Puede que sea perfectamente sincero al seguir un camino equivocado, pero eso no lo convertirá en el camino correcto ni me llevará al lugar al que deseaba llegar” (Mensajes Selectos, vol. 2, pág. 56).
Cuestiones de género en la historia bíblica de la creación
Génesis 1 describe al hombre y a la mujer en relación con Dios. Aquí ambos son iguales, porque ambos fueron creados a imagen de Dios y ambos están subordinados a Dios. Génesis 2 retrata al hombre y a la mujer en relación mutua y revela una subordinación funcional de la mujer al hombre. Por tanto, Génesis 1 y 2 no son contradictorios sino complementarios.
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