Así inicia la carta que Francisco envió al profesor Scálfari y le indica: “Me parece por lo tanto que sea positivo no solamente para nosotros pero para toda la sociedad en la que vivimos, detenernos para dialogar sobre una realidad tan importante como la fe, que se basa en la predicación y en la figura de Jesús”.
Un deber al diálogo que nace de lo que Francisco define “una paradoja”. Y precisa: “La fe cristiana, símbolo de la luz, fue calificada por la modernidad como la obscuridad de la supertición que se opone a la luz de la razón. Así entre la Iglesia y la cultura de inspiración cristiana, de una parte, y la cultura moderna de matriz iluminista de otra, se llegó a la incomunicabilidad. Ha llegado ahora el tiempo, y el Vaticano II ha inaugurado esta estación, de un diálogo abierto y sin preconceptos, que reabra las puertas de un serio y profundo encuentro”.
Y para quien busca “seguir a Jesús en la luz de la fe” explica el papa en el resumen presentado por Repubblica, “este diálogo es una expresión íntima e indispensable del creyente. La fe para mi ha nacido del encuentro con Jesús”. Pero “sin la Iglesia no habría podido encontrar a Jesús, mismo siendo consciente que aquel inmenso don que es la fe está custodiado en los frágiles vasos de cerámica de nuestra humanidad”.
El papa responde así a dos de los temas claves que el laico fundador del diario La Repubblica había puesto: “Me parece que usted aprecia mucho la actitud de la Iglesia hacia quien no comparte la fe en Jesús. Fundamentalmente me pregunta si el Dios de los cristianos perdona a quien no cree y no busca la fe".Leer:http://www.zenit.org/es/articles/el-papa-francisco-abre-un-dialogo-publico-con-los-no-creyentes
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