jueves, 12 de septiembre de 2013

Nuestra Elevada Vocación.



Vigilad vuestra amistad


Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré.
2 Corintios 6:17.


El verdadero cristiano no elegirá la compañía de los inconversos. Si Cristo se ha formado adentro, como la esperanza de gloria, no podemos gozar de la atmósfera espiritual insana que rodea las almas de los irreligiosos.


Vuestras amistades que son totalmente adversas a las cosas espirituales no están refinadas, ennoblecidas, y elevadas por la práctica de la verdad. No están bajo la dirección de Cristo, sino bajo la bandera negra del príncipe de las tinieblas. El asociaros con aquellos que no temen ni aman a Dios, a menos que vuestra asociación tenga el propósito de ganarlos para Jesús, será perjudicial para vuestra espiritualidad. Si no podéis elevarlos, su influencia obrará sobre vosotros para corromper y manchar vuestra fe. Es correcto que los tratéis bondadosamente, pero no es bueno para vosotros que améis y elijáis su compañerismo, porque si elegís la atmósfera que rodea sus almas, rechazaréis el compañerismo de Jesús. Por todos los medios que estén a vuestro alcance procurad reprimir el pecado; pero nunca, ni por un momento, aprobéis el pecado mediante vuestras obras, vuestras palabras, vuestro silencio o vuestra presencia. Cada vez que el pecado es aprobado por un profeso seguidor de Cristo, su sentido del pecado se debilita, y de esa manera su juicio se pervierte.


El Señor Jesús no puede proteger a ninguna alma que se coloca a sí misma en el terreno del enemigo y se rodea de la sociedad de aquellos que prefieren tal conversación y conducta que son ofensivas para el Dios que él reverencia y ama.


Allegaos a aquellos que tendrán una tendencia elevadora, cuyas almas están rodeadas por una atmósfera pura y santa. ... Dios estará más cerca de vuestro corazón, más en vuestros pensamientos, porque os habréis separado del mundo y de las influencias que os habrían alejado de la verdad, y estaréis menos rodeados de las trampas de Satanás.—Carta 51, 1894.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Confiadas palabras de despedida

[Del último mensaje directo de la Sra. Elena G. de White a la iglesia] No espero vivir mucho. Mi obra est...