El ejemplo de los ministros debe ser especialmente circunspecto acerca de esto. El sábado debe dedicarse concienzudamente a la conversación sobre temas religiosos, a presentar la verdad, el deber, las esperanzas y temores del cristiano, sus pruebas, conflictos y aflicciones, la victoria final y la recompensa que habrá de recibir.
Los ministros de Jesús deben reprender a los que no se acuerdan del sábado para santificarlo. Deben reprender bondadosa y solemnemente a los que participan en conversación mundanal en sábado, y al mismo tiempo aseveran ser observadores del sábado. Deben estimular la devoción a Dios en su santo día.
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