miércoles, 28 de febrero de 2024

Animación en la obra de ganar almas

Necesitamos romper la monotonía de nuestra labor religiosa. Estamos haciendo una obra en el mundo, pero no manifestamos suficiente actividad y celo. Si fuésemos más fervorosos, los hombres se convencerían de la verdad de nuestro mensaje. La manera inocua y monótona en que servimos a Dios rechaza a muchas almas de una clase superior, que necesitan ver un celo profundo, ferviente y santificado. La religión legal no responderá a las necesidades de esta época. Podemos cumplir todos los actos exteriores de servicio, y estar sin embargo tan destituídos de la influencia vivificadora del Espíritu Santo como estaban destituídas de rocío y lluvia las colinas de Gilboa. Todos necesitamos lluvia espiritual; y necesitamos también los brillantes rayos del Sol de justicia para enternecer y subyugar nuestro corazón. Debemos ser siempre tan firmes en los principios como una roca. Debemos enseñar los principios bíblicos y apoyarlos por una práctica santa.

Los que sirven a Dios deben manifestar animación y firmeza en la obra de salvar almas. Recordemos que hay quienes perecerán a menos que nosotros, como instrumentos de Dios, obremos con resolución inquebrantable. Debemos depender de continuo del trono de la gracia. Es inexcusable que la fe de nuestras iglesias sea tan débil. “Tornaos a la fortaleza, oh presos de esperanza.” Zacarías 9:12. En Cristo hay fuerza para nosotros. El es nuestro Abogado delante del Padre. Envía sus mensajeros a todas partes de su dominio para comunicar su voluntad a su pueblo. Anda en medio de sus iglesias. Desea santificar, elevar y ennoblecer a sus discípulos. La influencia de los que creen verdaderamente en él será un sabor de vida en el mundo. El tiene las estrellas en su diestra y es su propósito dejar que por intermedio de ellas su luz brille para el mundo. Desea preparar así a su pueblo para un servicio más sublime en la iglesia celestial. Nos ha confiado una gran obra. Hagámosla con exactitud y resolución. Demostremos por nuestra vida lo que la verdad ha hecho para nosotros. “El cual anda en medio de los siete candeleros de oro.” Apocalipsis 2:1. Este pasaje demuestra la relación que sostiene Cristo con las iglesias. Anda en medio de las iglesias por toda la longitud y la anchura de la tierra. Las observa con intenso interés para ver si están en una condición espiritual que les permita hacer progresar su reino. Cristo está presente en toda asamblea de la iglesia. Conoce a todos los que están relacionados con su servicio y a aquellos cuyo corazón puede llenar de aceite santo para que lo impartan a otros. Son muy preciosos para Cristo los que realizan fielmente su obra en nuestro mundo y, representando en palabra y obra el carácter de Dios, cumplen el propósito del Señor para con ellos. Cristo se deleita en ellos como un hombre se deleita en un jardín bien cuidado y en la fragancia de las flores que ha plantado.

 

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