miércoles, 12 de junio de 2024

La obra en Europa


A mis hermanos de Europa: Tengo que deciros algo. El tiempo ha llegado para realizar grandes cosas en Europa. Una obra grande, semejante a la que se ha hecho en los Estados Unidos, puede ser hecha en Europa. Estableced sanatorios y restaurantes higiénicos. Haced brillar la luz de la verdad presente por medio de la página impresa. Sea proseguida la traducción de nuestros libros. Me fué mostrado que en diferentes países de Europa se encenderán luces en muchas localidades. Hay muchos lugares donde la obra del Señor no está representada como debiera verse. Se necesita ayuda en Italia, en Francia, en Escocia y en muchos otros países. Una obra más amplia debiera hacerse en esos lugares. Se necesitan obreros. Hay talentos entre los hijos de Dios en Europa, y el Señor desea que esos talentos sean empleados para establecer en toda Gran Bretaña y el continente, centros desde los cuales la luz de la verdad pueda resplandecer. Hay una obra que hacer en Escandinavia. Dios es tan deseoso de obrar por medio de los creyentes escandinavos como con los americanos. Hermanos míos, permaneced cerca del Señor Dios de los ejércitos. Sea él vuestro temor y pavor. El tiempo de extender su obra ha llegado. Tiempos de disturbios están delante de nosotros, pero si permanecemos unidos en los sentimientos de fraternidad cristiana, sin que nadie busque la preponderancia, Dios trabajará poderosamente en nuestro favor. Estemos llenos de esperanza y de valor. El desánimo en el servicio del Señor es irracional y pecaminoso. Dios conoce cada una de nuestras necesidades. El posee la omnipotencia. Puede conceder a sus siervos la medida de eficiencia que necesitan según su situación. Su amor infinito y su compasión no se cansan nunca. A la majestad de la omnipotencia, él une la bondad y la compasión de un tierno pastor. No tenemos por qué temer que él no cumpla sus promesas. El es la verdad eterna. Jamás cambiará la alianza que ha concertado con aquellos a quienes ama. Las promesas que ha hecho a la iglesia son inquebrantables. Hará de ella un ornamento para siempre, un motivo de gozo de generación en generación. Estudiad el capítulo 41 de Isaías y procurad comprender todo su significado. “En los altos abriré ríos, y fuentes en mitad de los llanos: tornaré el desierto en estanques de aguas, y en manaderos de aguas la tierra seca. Daré en el desierto cedros, espinos, arrayanes y olivas; pondré en la soledad hayas, olmos, y álamos juntamente; porque vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano de Jehová hace esto, y que el Santo de Israel lo crió.” Vers. 18-20. El que ha escogido a Cristo se ha unido a un poder que ninguna sabiduría ni fuerza humana alguna puede quebrantar. “No temas, que yo soy contigo; no desmayes que yo soy tu Dios que te esfuerzo: siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. ... Porque yo Jehová soy tu Dios, que te ase de tu mano derecha.” Isaías 41:10, 13. “¿A qué pues me haréis semejante, o seré asimilado? dice el Santo. Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién crió estas cosas: él saca por cuenta su ejército: a todas llama por sus nombres; ninguna faltará: tal es la grandeza de su fuerza, y su poder y virtud. ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino es escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio? ¿No has sabido, no has oído que el Dios del siglo es Jehová, el cual crió los términos de la tierra? No se trabaja, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los mancebos se fatigan y se cansan, los mozos flaquean y caen: mas los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas como águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” Isaías 40:25-31.

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La luz de la verdad ha de resplandecer hasta los confines de la tierra. Una luz cada vez mayor resplandece con brillo celestial del rostro del Redentor sobre sus representantes, para ser difundida en las tinieblas de un mundo sumido en la noche. Como colaboradores suyos, oremos por la santificación de su Espíritu, para que podamos resplandecer con brillo cada vez mayor.

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La luz de la verdad para este tiempo está brillando ahora sobre los gabinetes de los reyes. Se está llamando la atención de los estadistas a la Biblia—el libro de los estatutos de las naciones—ellos están comparando sus leyes nacionales con esos estatutos. Como representantes de Cristo, no tenemos tiempo que perder. Nuestros esfuerzos no deben limitarse a unos pocos lugares donde la luz ha llegado a ser tan abundante que ya no se aprecia. El mensaje evangélico debe ser proclamado a todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos.

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