miércoles, 19 de junio de 2024

El que lleva nuestras cargas

Hermano mío, recuerde que esta tierra no es el cielo. Cristo dijo: “En el mundo tendréis aflicción: mas confiad, yo he vencido al mundo.” “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia: porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando os vituperaren y os persiguieren, y dijeren de vosotros todo mal por mi causa, mintiendo. Gozaos y alegraos; porque vuestra merced es grande en los cielos: que así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.” Juan 16:33; Mateo 5:10-12. Jesús no le ha abandonado a Vd. para que se asombre en las pruebas y las dificultades que encuentra. El se lo ha expuesto todo, como también le ha dicho que no se quede abatido ni oprimido cuando vienen las pruebas. Mire a Jesús, su Redentor, tenga ánimo y regocíjese. Las pruebas más duras de soportar son aquellas que provienen de nuestros hermanos, de nuestros amigos cercanos; pero aun estas pruebas pueden ser soportadas con paciencia. Jesús no está en la tumba nueva de José. Resucitó y ascendió al cielo, para interceder allí en nuestro favor. Tenemos un Salvador que nos amó de tal manera que murió por nosotros, a fin de que por él pudiésemos tener esperanza, fuerza y valor, y un lugar con él en su trono. El puede y quiere ayudarnos cuando le invoquemos. Si Vd. procura llevar solo sus cargas, será aplastado por ellas. Vd. lleva pesadas responsabilidades. Jesús las conoce, y no le dejará solo, si Vd. no le abandona. El se siente honrado cuando Vd. le confía la custodia de su alma como a un Creador fiel. Le invita a esperar en su misericordia, creyendo que él no desea que Vd. lleve en su propia fuerza estas pesadas responsabilidades. Crea Vd. tan sólo, y verá la salvación de Dios. ¿Siente Vd. su insuficiencia para el puesto de confianza que ocupa? Gracias a Dios por esto. Cuanto más sienta Vd. su debilidad, tanto más inclinado estará a buscar un auxiliador. “Allegaos a Dios, y él se allegará a vosotros.” Santiago 4:8. Jesús quiere que Vd. sea feliz y alegre. Quiere que Vd. haga lo mejor que puede, con la capacidad que Dios le ha dado, y luego confíe en que el Señor le ayudará, y suscitará quienes le habrán de ayudar a llevar las cargas. No permita que le hagan daño las palabras duras de los hombres. ¿No dijeron los hombres cosas duras acerca de Jesús? Vd. yerra, y a veces puede dar ocasión a que se hagan declaraciones inclementes, cosa que nunca hizo Jesús. El era puro, inmaculado, y sin contaminación. No espere Vd. mejor suerte en esta vida que la que tuvo el Príncipe de gloria. Cuando sus enemigos vean que pueden hacerle daño, se regocijarán, y Satanás también. Mire a Jesús, y trabaje sinceramente para su gloria. Mantenga su corazón en el amor de Dios.

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