Nadie sabe cuándo terminará el tiempo de gracia
Dios no nos ha revelado el tiempo cuando terminará este mensaje o cuándo
llegará a su fin el tiempo de gracia. Aceptemos las cosas reveladas
para nosotros y para nuestros hijos, pero no procuremos saber lo que ha
sido mantenido en secreto en los concilios del Todopoderoso...
Me han llegado cartas preguntándome si tengo alguna luz especial en
cuanto a la fecha de la terminación del tiempo de gracia, y contesto que
solo tengo este mensaje que dar: que ahora es el tiempo de trabajar
mientras dure el día, pues viene la noche cuando nadie puede obrar.
La imposición de la ley dominical antes del fin del tiempo de gracia
El Señor me ha mostrado decididamente que la imagen de la bestia se
formará antes de la terminación del tiempo de gracia; y esto debido a
que constituirá una gran prueba* para el pueblo de Dios, mediante la
cual se decidirá su destino eterno.
¿Qué es la “imagen de la bestia” [Apoc. 13:14, 15]? ¿Y cómo se la
formará? La “imagen de la bestia” representa la forma de protestantismo
apóstata que se desarrollará cuando las iglesias protestantes busquen la
ayuda del poder civil para la imposición de sus dogmas.
* Ver el
capítulo anterior, donde se muestra que la gran prueba para el pueblo de Dios ha de ser la imposición de la ley dominical.
El fin del tiempo de gracia después del sellamiento
Un ángel que regresa de la Tierra anuncia que su obra está terminada; el
mundo ha sido sometido a la prueba final, y todos los que han
resultado fieles a los preceptos divinos han recibido “el sello del Dios
vivo” (Apoc. 7:2). Entonces Jesús dejará de interceder en el Santuario
celestial. Levantará sus manos y con gran voz dirá: “Hecho es” (Apoc.
16:17).
Repentina e inesperadamente
Cuando Jesús deje de interceder por el hombre, los casos de todos
estarán decididos para siempre... Termina el tiempo de gracia; las
intercesiones de Cristo cesan en el cielo. Este tiempo llega finalmente
sobre todos en forma repentina, y quienes han descuidado la purificación
de sus almas mediante la obediencia a la verdad son encontrados
dormidos.
El tiempo de gracia terminará poco antes de que el Señor aparezca en las nubes del cielo...
Actividad humana después del fin del tiempo de gracia
Cuando la decisión irrevocable del Santuario haya sido pronunciada y el
destino del mundo haya sido determinado para siempre, los habitantes de
la Tierra no lo sabrán. Las formas de la religión seguirán en vigor
entre las muchedumbres de en medio de las cuales el Espíritu de Dios se
habrá retirado finalmente; y el celo satánico con el cual el príncipe
del mal ha de inspirarlas para que cumplan sus crueles designios se
asemejará al celo por Dios.
[El trigo y la cizaña] crecen “juntamente... hasta la siega” (Mat.
13:30). En el cumplimiento de los deberes de la vida, los justos serán
puestos en contacto con los impíos hasta el mismo fin. Los hijos de la
luz están esparcidos entre los hijos de las tinieblas para que todos
puedan ver el contraste.
Los dirigentes religiosos estarán llenos de optimismo
Cuando los razonamientos de la filosofía hayan desterrado el temor a los
juicios de Dios; cuando los maestros de la religión nos hablen de
largos siglos de paz y prosperidad, y el mundo se dedique por completo a
sus negocios y placeres, a plantar y edificar, a fiestas y diversiones,
y desechando las amonestaciones de Dios se burle de sus mensajeros,
“entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina... y no escaparán” (1
Tes. 5:3).
Satanás infiere que ha terminado el tiempo de gracia
En el tiempo de angustia, Satanás incita a los impíos, quienes rodean al
pueblo de Dios para destruirlo. Pero él no sabe que se ha escrito
“Perdonado” frente a sus nombres en los libros del cielo.
Así como Satanás influyó en Esaú para que marchara contra Jacob, así
también instigará a los malos para que destruyan al pueblo de Dios en el
tiempo de angustia. Ve que los ángeles protegen a los que guardan los
Mandamientos e infiere que sus pecados les han sido perdonados; pero no
sabe que la suerte de cada uno de ellos ha sido resuelta en el Santuario
celestial.
Hambre de la Palabra
Los que ahora no aprecian, ni estudian, ni valoran profundamente la
Palabra de Dios hablada por sus siervos, más adelante tendrán razón para
lamentarse amargamente. Vi que al fin del tiempo el Señor, erigido en
Juez, caminará por la Tierra; las temibles plagas comenzarán a caer.
Entonces, quienes han despreciado la Palabra de Dios y la han valorado a
la ligera “irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente
discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán” (Amós 8:12).
En la Tierra habrá un hambre por oír la Palabra.
No más oraciones por los impíos
En el tiempo cuando caigan los castigos de Dios sin misericordia, oh,
¡cuánto envidiarán los impíos la condición de los que habitan “al abrigo
del Altísimo” (Sal. 91:1): el pabellón en el cual oculta el Señor a
todos los que lo han amado y han obedecido sus mandamientos! Para los
que sufren como consecuencia de sus pecados, ciertamente será envidiable
la suerte de los justos en un tiempo tal. Pero, después de que termine
el tiempo de gracia, la puerta de la misericordia se cerrará para los
impíos; no se ofrecerán más oraciones a su favor.
No es posible transferir el carácter
El Señor viene con poder y gran gloria. Entonces separará completamente a
los justos de los impíos. Pero el aceite no podrá ser transferido en
ese momento a las vasijas de los que no lo tienen.
Otro tiempo de gracia no convencería a los malvados
Tenemos que aprovechar al máximo nuestras oportunidades presentes. No se
nos dará otro tiempo de gracia en el cual prepararnos para el cielo.
Esta es nuestra única y última oportunidad con el fin de formar
caracteres que nos harán idóneos para el futuro hogar que el Señor ha
preparado para todos los que son obedientes a sus mandamientos.
No habrá tiempo de gracia después de la venida del Señor. Los que dicen
que lo habrá están engañados y extraviados. Antes de que Cristo venga,
existirá un estado de cosas como el que existió antes del Diluvio. Y
después de que el Salvador aparezca en las nubes del cielo, a nadie se
le dará otra oportunidad para obtener la salvación. Todos habrán hecho
su decisión.