Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que
echada en el mar, recoge de toda clase de peces. Mateo 13:47.
Tenemos abundantes evidencias de que en la iglesia de Dios la
maleza crece junto con el trigo. Hay cristianos sinceros en la
iglesia y también los hay tibios. Estos últimos tienen
oportunidad de conocer la verdad; la Palabra de Dios les es
presentada; concurren al banquete como Judas asistió a la Pascua
pero, como Judas, no asimilan la Palabra de vida. Nadie puede
obligarlos a ingerir la Palabra de vida eterna a fin de que
realicen una obra cabal de arrepentimiento para que puedan tener
una experiencia cristiana genuina y lleguen a estar enraizados y
afirmados en la verdad...
No debemos sentirnos abrumados por el desánimo debido a que lo
bueno y lo malo se hallan juntos en la iglesia. Judas se contaba
entre los discípulos. Tuvo todas las ventajas posibles pero,
aunque escuchó la verdad y los principios tan claramente
explicados, Cristo sabía que no había recibido la verdad. No
ingirió la verdad. Esta no llegó a formar parte de él. Sus
viejos hábitos y prácticas se manifestaban constantemente. No
obstante Cristo no tomó medidas de fuerza para apartar a Judas
de los discípulos...
Todos los que brindan un servicio verdadero a Dios confrontarán
perplejidades. Pero no piensen en el fracaso. No hablen de
desánimo. Estemos todos unidos haciendo la voluntad de nuestro
Padre celestial... Si somos cristianos no podemos seguir el
sistema del mundo. “Escrito está” debe ser nuestro consejero
constante. Que no sean hombres impíos los que nos guíen. Lo que
los hombres piensen o digan nunca debiera inducir a un alma a
apartarse del sendero de la estricta rectitud. Debemos ir a la
Fuente y meditar cuidadosamente en los grandes principios
morales contenidos en la ley de Jehová...
Los hombres se conducen como si se les hubiera dado libertad
para anular las decisiones de Dios. Los críticos se colocan en
el lugar de Dios y repasan su Palabra a fin de modificarla o
aprobarla. De esta manera, todas las naciones se ven inducidas a
beber del vino de la fornicación de Babilonia. Estos críticos
han preparado las cosas como para que se ajusten a las herejías
peculiares de los últimos días. Si no pueden cambiar la Palabra
de Dios, si no pueden torcer su significado para que se ajuste a
las prácticas humanas, la quebrantan...
Todos los hacedores de la Palabra de Dios serán bendecidos
abundantemente. Cualesquiera sean las cruces que deban cargar,
las pérdidas que puedan tener o la persecución que deban
afrontar, aun cuando ésta significara la pérdida de la vida
temporal, serán ampliamente recompensados, porque se les asegura
la vida que se mide con la vida de Dios. Al perder sus
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