domingo, 18 de enero de 2015

SATANÁS Y LA TRIPLE UNIÓN





"Y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia." (Apoc. 13: 4).

"Tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón" (Apoc. 13: 11). Aunque profesan ser seguidores del Cordero de Dios, los hombres se llenan del espíritu del dragón. Profesan ser mansos y humildes pero hablan y legislan con el espíritu de Satanás, demostrando con sus actos que son todo lo contrario de lo que afirman ser. Este poder semejante a un cordero se une con el dragón para hacer guerra contra los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo. Y Satanás se une con los protestantes y los papistas, obrando en armonía con ellos como príncipe de este mundo, e imponiéndose a los hombres como si ellos fueran súbditos de su reino y él estuviera facultado para manejarlos, gobernarlos y controlarlos a su antojo. Si los hombres se oponen a pisotear los mandamientos de Dios, entonces se revela el espíritu del dragón. Se los encarcela, se los lleva ante los tribunales y se les imponen multas. "Hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente" (Vers. 16). "Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase"(Vers. 15).

Así usurpa Satanás las prerrogativas de Jehová . El hombre de pecado se instala en el sitial de Dios, proclamándose Dios y obrando por sobre Dios.

Existe un marcado contraste entre los que tienen el sello de Dios y los que adoran a la bestia y a su imagen. Los fieles siervos del Señor tendrán que soportar la más encarnizada persecución por parte de falsos maestros que no prestarán atención a la Palabra de Dios y pondrán piedras de tropiezo en el camino de los que deseen oírla. Pero el pueblo de Dios no debe temer. Satanás no podrá trasponer su límite. El Señor será el amparo de su pueblo. Considera el daño hecho a sus siervos por causa de la verdad, como inferido a él mismo. Cuando se haya tomado la última decisión, cuando todos se hayan puesto de parte de Cristo y sus mandamientos o de parte del gran Apóstata, Dios se levantará en su poder y los labios de quienes han blasfemado contra él serán acallados para siempre. Todo poder opositor recibirá su castigo.190 (Nota: *Carta P-28, 1900

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