En ese tiempo, descenderá la “lluvia tardía” o refrigerio de la presencia del Señor para dar poder: a la voz fuerte del tercer ángel, y preparar a los santos para que puedan subsistir durante el plazo cuando las siete postreras plagas serán derramadas.—Primeros Escritos, 86 (1854).
Oí que los revestidos de la armadura proclamaban poderosamente la verdad, con fructuosos resultados [...]. Pregunté por la causa de tan profundo cambio y un ángel me respondió: “Es la lluvia tardía; el refrigerio de la presencia del Señor; el potente pregón del tercer ángel”.—Primeros Escritos, 271 (1858).B. La aplicación personal a los cristianos como individuos
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