El gran asunto que pronto afrontaremos [la imposición de las leyes dominicales], eliminará a todos aquellos a quienes Dios no ha señalado, y él tendrá un ministerio puro, verdadero, santificado, preparado para la lluvia tardía.—Mensajes Selectos 3:440 (1886).
Muchos ocuparán nuestros púlpitos sosteniendo en las manos la antorcha de la falsa profecía encendida por la infernal tea satánica [...]. Algunos que no querrán seguir llevando el arca saldrán de entre nosotros. Pero estos no podrán levantar vallas para obstruir la verdad; esta irá hacia adelante y hacia arriba hasta el fin.—Testimonios para los Ministros, 409, 411 (1898). Ministros y médicos pueden abandonar la fe, como la Palabra lo dice y los mensajes que Dios ha dado a su sierva declaran que lo harán.—Manuscript Releases 7:192 (1906).
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