Estos malos ángeles, que aseveran ser deudos muertos rechazarán la Palabra de Dios como cuentos ociosos, o, si les conviene, elegirán las partes vitales que testifican de Cristo y señalan el camino hacia el cielo, y cambiarán los claros asertos de la Palabra de Dios a fin de hacerlos concordar con su propia naturaleza corrupta y arruinar las almas. Si prestan la debida atención a la Palabra de Dios, todos pueden convencerse de que se trata de un engaño destructor del alma. La Palabra de Dios declara en términos positivos que “los muertos nada saben.” “Porque los que viven saben que han de morir: mas los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor, y su odio y su envidia, feneció ya: ni tiene ya más parte en el siglo, en todo lo que se hace debajo del sol.” Eclesiastés 9:5, 6.
Los mortales seducidos están adorando a los malos ángeles, creyendo que son los espíritus de sus deudos difuntos. La Palabra de Dios declara expresamente que los muertos ya no tienen parte en nada de lo que se hace debajo del sol. Los espiritistas dicen que los muertos saben todo lo que se hace debajo del sol; que se comunican con sus amigos de la tierra, que les dan valiosa información y ejecutan prodigios. “No alabarán las muertos a Jah, ni cuantos descienden al silencio.” Salmos 115:17. Satanás, transformado en ángel de luz, obra con todo engaño de injusticia. El que pudo arrebatar al Hijo de Dios, cuando fué hecho poco inferior a los ángeles, y colocarlo sobre el pináculo del templo, y llevarlo a la cumbre de una montaña altísima para presentarle los reinos del mundo, puede ejercer su poder sobre la familia humana, que en fuerza y sabiduría es muy inferior al Hijo de Dios, aun después que él hubo asumido la naturaleza humana. En esta era de degeneración Satanás domina a los que se apartan de lo recto y se aventuran sobre su terreno. Ejercita su poder sobre los tales en forma alarmante. Me fueron señaladas estas palabras: “Metiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado en el sentido de su propia carne.” Colosenses 2:18. Se me ha mostrado que algunos satisfacen su curiosidad y juegan con el diablo. No tienen verdadera fe en el espiritismo, y retrocederían horrorizados al pensar en ser médiums. Sin embargo, se aventuran a colocarse en una posición donde Satanás puede ejercer su poder sobre ellos. Los tales no se proponen penetrar hondo en esta obra; pero no saben lo que están haciendo. Se están aventurando en el terreno del diablo, y lo están tentando a que los domine. Este poderoso destructor los considera como su presa legítima, y ejerce su poder sobre ellos contra la voluntad de los mismos. Cuando desean dominarse no pueden. Entregaron su mente a Satanás, y él no renuncia a ella, sino que los mantiene cautivos. Sólo el poder de Dios puede librar al alma entrampada, en respuesta a las fervientes oraciones de sus fieles discípulos.
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