Durante una porción del día, todos debieran tener oportunidad de salir al aire libre. ¿Cómo pueden los niños recibir un conocimiento más correcto de Dios y una impresión mental mejor, que pasando una parte del tiempo al aire libre, no jugando, sino en compañía de sus padres? Asóciense sus mentes juveniles con Dios en los hermosos panoramas de la naturaleza, llámeseles la atención hacia las manifestaciones de su amor por el hombre en sus obras creadas y se sentirán atraídos e interesados. No correrán el peligro de asociar el carácter de Dios con todo lo severo y adusto; sino que al ver las cosas bellas que creó para la felicidad del hombre, serán inducidos a considerarle como un Padre tierno y amable. Verán que sus prohibiciones no han sido hechas simplemente para manifestar su poder y autoridad, sino que busca la felicidad de sus hijos. Y al cobrar el carácter de Dios el aspecto atrayente del amor, la benevolencia y la belleza, se sentirán inducidos a amarle. Podéis llamarles la atención a las aves hermosas que llenan el aire de música con sus felices cantos, los tallos de la hierba y las flores perfectas de llamativos matices que perfuman el aire. Todas estas cosas proclaman el amor y la habilidad del Artista celestial, y revelan la gloria de Dios.
Padres, ¿por qué no hacéis uso de las lecciones preciosas que Dios nos ha enseñado en el libro de la naturaleza para dar a vuestros hijos una idea correcta de su carácter? Los que sacrifican la sencillez por la moda, y se privan de admirar la belleza de la naturaleza, no pueden ser espirituales, no pueden comprender la habilidad y el poder de Dios según se revelan en sus obras creadas; por lo tanto, sus corazones no palpitan con nuevo amor e interés, y no se llenan de reverencia al vislumbrar a Dios en la naturaleza. Todos los que aman a Dios deben hacer lo que puedan para que el sábado sea una delicia, santo y honorable. No pueden hacer esto buscando sus propios placeres en diversiones pecaminosas y prohibidas. Sin embargo, pueden hacer mucho para exaltar el sábado en sus familias y hacer de él el día más interesante de la semana. Debemos dedicar tiempo a interesar a nuestros hijos. Un cambio ejercerá una influencia feliz sobre ellos. Podemos andar con ellos al aire libre; podemos sentarnos con ellos en los huertos y bajo la alegre luz del sol, y dar a sus mentes inquietas algo en que ocuparse, conversando con ellos de las obras de Dios. Podemos inspirarles amor y reverencia llamando su atención a los hermosos objetos de la naturaleza. El sábado debe resultar tan interesante para nuestras familias que su visita semanal sea saludada con gozo. De ninguna manera mejor pueden los padres exaltar y honrar el sábado que ideando medios de impartir la debida instrucción a sus familias, e interesarlas en las cosas espirituales, dándoles una visión correcta del carácter de Dios, y de lo que él requiere de nosotros a fin de perfeccionar el carácter cristiano y alcanzar la vida eterna. Padres, haced del sábado una delicia para que vuestros hijos puedan esperarlo con placer y recibirlo con gozo en su corazón.
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