domingo, 29 de octubre de 2023

La presunción

Hay quienes tienen un espíritu temerario, que ellos llaman valor y bravura. Se colocan innecesariamente en lugares donde hay peligro y riesgo, exponiéndose así a ciertas tentaciones que requerirán, para salir de ellas sin perjuicio ni mancha, un milagro de Dios. La tentación que Satanás sugirió al Salvador del mundo de que se arrojase de las almenas del templo, fué resistida firmemente. Satanás citó una promesa de Dios como seguridad de que, basándose en ella, Cristo podía obedecerle sin peligro. Cristo hizo frente a esa tentación con el texto que dice: “Escrito está además: No tentarás al Señor tu Dios.” Mateo 4:7. La única conducta segura para los cristianos consiste en repeler al enemigo con la Palabra de Dios. Satanás insta a los hombres a colocarse en lugares donde Dios no les pide que vayan, y presenta pasajes de la Escritura para justificar sus sugestiones. Las preciosas promesas de Dios no son dadas para fortalecer al hombre en su conducta presuntuosa, ni para que confíe en ellas cuando se precipita innecesariamente al peligro. El Señor nos pide que obremos dependiendo humildemente de su providencia. “Ni del hombre que camina es ordenar sus pasos.” Jeremías 10:23. Nuestra prosperidad y nuestra vida están en Dios. Nada podemos hacer prósperamente sin el permiso y la bendición de Dios. El puede poner su mano para dar prosperidad y bendecir o puede volverla contra nosotros. “Encomienda a Jehová tu camino, y espera en él; y él hará.” Salmos 37:5. Como hijos de Dios, se nos pide que conservemos un carácter cristiano consecuente. Debemos ejercer prudencia, precaución y humildad y andar con circunspección para con aquellos que nos rodean. Sin embargo, no hemos de renunciar en ningún caso a nuestros principios. Nuestra única seguridad consiste en no dar cabida al diablo; porque sus sugestiones y propósitos tienden siempre a perjudicarnos e impedir que confiemos en Dios. El se transforma en ángel de pureza para poder introducir sus planes mediante sus especiosas tentaciones de manera que no discernamos sus astucias. Cuanto más cedamos, más poder ejercerán sus engaños sobre nosotros. No hay seguridad al entrar en controversia o deliberaciones con él. Por cada ventaja que concedamos al enemigo, pedirá más. Nuestra única seguridad consiste en rechazar firmemente el primer paso hacia la presunción. Dios nos ha dado, por los méritos de Cristo, suficiente gracia para resistir a Satanás y ser más que vencedores. La resistencia es éxito. “Resistid al diablo, y de vosotros huirá.” Santiago 4:7. La resistencia debe ser firme y constante. Perderemos todo lo ganado si resistimos hoy para ceder mañana.

 

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