jueves, 23 de noviembre de 2023

Colaboradores de Cristo


El tiempo transcurrido durante el congreso de 1874 y después del mismo, fué muy importante para ***. Si hubiese habido allí una casa de culto cómoda y placentera, se habrían decidido por la verdad dos veces más personas de las que fueron realmente ganadas. Dios trabaja con nuestros esfuerzos. Podemos cerrar el camino de los pecadores mediante nuestra negligencia y egoísmo. Debiera haberse manifestado gran diligencia en tratar de salvar a aquellos que están todavía en el error, aunque interesados en la verdad. En el servicio de Cristo se necesita un comando tan sabio como el que se requiere para los batallones de un ejército que protege la vida y la libertad del pueblo. No todos pueden trabajar juiciosamente para la salvación de las almas. Es necesario pensar detenidamente. No debemos entrar al azar en la obra del Señor y esperar éxito. El Señor necesita hombres de intelecto, hombres de reflexión. Jesús pide colaboradores, no personas que siempre cometan errores. Dios necesita hombres inteligentes, que piensen correctamente, a fin de hacer la gran obra necesaria para la salvación de las almas. Los mecánicos, los abogados, los negociantes, los hombres de todos los oficios y profesiones, se educan a fin de llegar a dominar su ramo. ¿Deben los que siguen a Cristo ser menos inteligentes, y mientras profesan dedicarse a su servicio ignorar los medios y recursos que han de emplearse? La empresa de ganar la vida eterna es superior a toda consideración terrenal. A fin de conducir a las almas a Cristo, debe conocerse la naturaleza humana y estudiarse la mente humana. Se requiere mucha reflexión cuidadosa y ferviente oración para saber cómo acercarse a los hombres y las mujeres a fin de presentarles el gran tema de la verdad. Algunas personas impulsivas, aunque sinceras, después que se ha dado un discurso categórico, suelen acercarse de una manera muy abrupta a los que no creen como nosotros y les hacen repelente la verdad que deseamos verlos recibir. “Los hijos de este siglo son en su generación más sagaces que los hijos de luz.” Lucas 16:8. Los negociantes y los políticos estudian la cortesía. Es su costumbre hacerse tan atrayentes como les sea posible. Procuran que sus discursos y modales ejerzan la mayor influencia sobre la mente de cuantos los rodeen. Emplean su conocimiento y capacidad tan hábilmente como les resulta posible a fin de alcanzar su objeto. Los que profesan creer en Cristo sacan a relucir gran cantidad de escoria, que obstruye el camino de la cruz. No obstante todo esto, hay personas tan profundamente convencidas, que pasarán por todo desaliento y salvarán cualquier obstáculo a fin de alcanzar la verdad. Pero si los que profesan creer en la verdad hubiesen purificado sus mentes obedeciéndola, si hubiesen sentido la importancia del conocimiento y del refinamiento de los modales en la obra de Cristo, donde se ha salvado un alma podrían haberse salvado veinte.

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