viernes, 24 de noviembre de 2023

Hay que alentar a los nuevos conversos

Además, después que las personas se han convertido a la verdad, es necesario cuidarlas. El celo de muchos ministros parece cesar tan pronto como cierta medida de éxito acompaña sus esfuerzos. No se dan cuenta de que muchos recién convertidos necesitan cuidados, atención vigilante, ayuda y estímulo. No se los debe dejar solos, a merced de las más poderosas tentaciones de Satanás; necesitan ser educados con respecto a sus deberes; hay que tratarlos bondadosamente, conducirlos, visitarlos y orar con ellos. Estas almas necesitan el alimento asignado a cada uno a su debido tiempo.

No es extraño que algunos se desanimen, se demoren en el camino y sean devorados por los lobos. Satanás persigue a todos. Envía a sus agentes para reintegrar a sus filas a las almas que perdió. Debe haber más padres y madres que reciban en su corazón a estos niños en la verdad, y los estimulen y oren por ellos, para que su fe no se confunda. La predicación es una pequeña parte de la obra que ha de ser hecha por la salvación de las almas. El Espíritu de Dios convence a los pecadores de la verdad, y los pone en los brazos de la iglesia. Los predicadores pueden hacer su parte, pero no pueden nunca realizar la obra que la iglesia debe hacer. Dios requiere que su iglesia cuide de aquellos que son jóvenes en la fe y experiencia, que vaya a ellos, no con el propósito de chismear con ellos, sino para orar, para hablarles palabras que sean “como manzanas de oro en canastillos de plata.” Proverbios 25:11. Todos necesitamos estudiar el carácter y los modales para saber tratar juiciosamente con los diferentes intelectos, para poder emplear nuestros mejores esfuerzos en ayudarles a comprender correctamente la Palabra de Dios, y a vivir una verdadera vida cristiana. Debemos leer la Biblia con ellos, y desviar su mente de las cosas temporales y dirigirla a sus intereses eternos. Es el deber de los hijos de Dios ser sus misioneros, y llegar a relacionarse con aquellos que necesitan ayuda. Si uno está tambaleando bajo la tentación, su caso debe ser considerado cuidadosamente y tratado sabiamente; porque su interés eterno está en juego y las palabras y los hechos de aquellos que trabajan por él pueden ser un sabor de vida para vida o de muerte para muerte. A veces se presenta algún caso que debe estudiarse con oración. Se le debe mostrar a la persona su verdadero carácter, debe comprender sus propias peculiaridades de disposición y temperamento, y ver sus flaquezas. Debe tratársela con juicio. Si se la puede alcanzar, si se puede conmover su corazón por este trabajo prudente y paciente, esta persona podrá ser ligada con fuertes vínculos a Cristo e inducida a confiar en Dios. ¡Oh, cuando se hace una obra como ésta, todo el cielo la mira y se regocija en ella; porque un alma preciosa ha sido rescatada de las trampas de Satanás y salvada de la muerte! ¡Oh! ¿no valdrá la pena trabajar inteligentemente por la salvación de las almas? Cristo pagó el precio de su propia vida por ellas, y ¿preguntarán los que le siguen: “Soy yo guarda de mi hermano”? Génesis 4:9. ¿No trabajarán al unísono con el Maestro? ¿No apreciaremos el valor de las almas por las cuales nuestro Salvador murió?

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