Estimado élder Micheff y líderes de la Conferencia de Michigan:
Somos miembros de la Iglesia de la Universidad de Loma Linda y mi esposo, Keith, es profesor emérito de Medicina en esa universidad. También es ex vicepresidente de la Federación Estadounidense de Investigación Médica.
Con el debido respeto, estamos profundamente preocupados por la decisión de la Conferencia de Michigan de prohibir (es decir, censurar) al Dr. Conrad Vine hablar en sus iglesias.
Ambos somos miembros de toda la vida de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, pagamos el diezmo y nos consideramos más conservadores. Nos sorprendieron las acciones oficiales de la Asociación General durante la COVID, y Keith, que es reumatólogo clínico e inmunólogo y científico investigador, se dio cuenta de que había muchas cosas que no estaban bien en la comunidad científica “experta” con respecto a las vacunas y los confinamientos. Una vez que nos dimos cuenta de eso, nos sorprendieron aún más los esfuerzos (en gran medida exitosos) por silenciar las voces disidentes de médicos y científicos igualmente acreditados, incluso dentro de nuestra propia denominación.
El Dr. Conrad Vine se destacó en nuestra iglesia como una voz casi singular que se oponía a estos cierres, especialmente de las iglesias, y a las estrictas órdenes de vacunación impuestas por el gobierno. No podemos explicarles el consuelo y el aliento que nos brindó el hecho de que al menos una persona de nuestra iglesia tuviera el coraje de hablar en contra de esto y de llamar la atención a la Conferencia General por su apoyo a esta pérdida de libertad casi incomprensible. Y entonces, como ahora, de pedirle cuentas públicamente.
El Dr. Vine no está dividiendo a la iglesia. En caso de que la mayoría de los administradores no se hayan dado cuenta, la iglesia ya se estaba dividiendo y lo ha estado durante algún tiempo. Él simplemente ha abierto un gran divisón. Como todos los buenos médicos saben, los divisones no se curan hasta que se abren. Pero, para mezclar metáforas, ¡hablamos de matar al mensajero!
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