sábado, 26 de octubre de 2024

Unidad en la diversidad


Por otro lado, los dirigentes del pueblo de Dios deben precaverse contra el peligro de condenar los métodos de los obreros que sean inducidos individualmente por el Señor a hacer una obra especial que muy pocos están preparados para hacer. Sean los hermanos que llevan responsabilidad lentos para criticar cualquier actuación que no armonice perfectamente con sus métodos de labor. Nunca deben suponer que todo plan debe reflejar su propia personalidad. No teman confiar en los métodos de otro; porque al privar de su confianza a un colaborador que, con humildad y celo consagrado, está haciendo una obra especial de la manera señalada por Dios, retardan el progreso de la causa del Señor.

Dios puede emplear a los que no han recibido educación cabal en las escuelas de los hombres, y los empleará. Dudar de su poder para hacer esto, es manifestar incredulidad; es limitar el poder omnipotente de Aquel para quien nada es imposible. ¡Ojalá que se vea menos de esta cautela desconfiada e inoportuna! Deja sin uso muchas fuerzas de la iglesia; cierra el camino de modo que el Espíritu Santo no pueda emplear a los hombres; mantiene en la ociosidad a aquellos que anhelan dedicarse a las actividades de Cristo; disuade de entrar en la obra a muchos que llegarían a ser obreros eficientes con Dios si se les diese una oportunidad justa. Para el profeta, las ruedas que había dentro de otras ruedas y la apariencia de los seres vivos que estaban relacionados con ellas, eran cosas intrincadas e inexplicables. Pero se ve la mano de la sabiduría infinita entre las ruedas y un orden perfecto es el resultado de su obra. Cada rueda, dirigida por la mano de Dios, obra en perfecta armonía con toda otra rueda. Se me ha mostrado que los instrumentos humanos propenden a procurar demasiado poder y a tratar de controlar ellos mismos la obra. Excluyen demasiado de sus métodos y sus planes al Señor Dios, el poderoso Artífice, y no le confían todo lo relativo al progreso de la obra. Nadie debe imaginarse por un momento siquiera que puede manejar las cosas que pertenecen al gran YO SOY. En su providencia Dios está preparando un camino para que la obra pueda ser hecha por los agentes humanos. Por lo tanto, esté cada uno en su puesto del deber, para desempeñar su parte en este momento, sabiendo que Dios es su instructor.

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