Que nada empequeñezca la
fuerza de la verdad para este tiempo. La verdad presente ha de ser
nuestra preocupación. El mensaje del tercer ángel debe hacer su obra de
separar de las iglesias a un pueblo que sostendrá los principios de la
verdad eterna.—Testimonies for the Church 6:61 (1900).
Un mensaje de vida y muerte—Como
pueblo nos encontramos en peligro de dar el mensaje del tercer ángel de
una manera tan indefinida que no impresione a la gente. Nuestro mensaje
es un mensaje de vida y muerte, y debemos permitir que este mensaje
aparezca como es: el gran poder de Dios. Entonces el Señor lo hará
eficaz. Hemos de presentarlo con toda su fuerza notable.—Carta 209, 1899.
El mensaje no debe ser encubierto—Satanás
ha ideado un estado de cosas por el cual la proclamación del mensaje
del tercer ángel será detenida. Debemos precavernos de sus planes y
métodos. No debe suavizarse el tono de la verdad, no debe disimularse el
mensaje para este tiempo. El mensaje del tercer ángel debe ser
fortalecido y confirmado. El capítulo dieciocho de Apocalipsis revela la
importancia de presentar la verdad no en términos mesurados, sino con
valentía y poder. Ha habido demasiados rodeos en la proclamación del
mensaje del tercer ángel. El mensaje no ha sido dado tan clara y
distintamente como debiera haber sido proclamado.—Manuscrito 16, 1900.
Cómo presentó Cristo la ley—Cristo
presentó los principios de la ley de Dios de una manera directa y con
fuerza, mostrando a sus oyentes que habían dejado de poner en práctica
estos principios. Sus palabras eran tan definidas y precisas que los que
lo escuchaban, no hallaban oportunidad para cavilar o levantar
objeciones.—The Review and Herald, 13 de septiembre de 1906.
Pablo adaptó sus métodos—A
los gentiles [Pablo] les predicó a Cristo como su única esperanza de
salvación, pero no tenía al principio algo definido que decir sobre la
ley. Más después que sus corazones entraban en calor con la presentación
de Cristo como el don de Dios a este mundo, y de lo que comprendía la
obra del Redentor al hacer el costoso sacrificio para manifestar el amor
de Dios al hombre, mostraba con la más elocuente sencillez ese amor por
todo el género humano—tanto judíos como gentiles—para que pudieran
salvarse entregando sus corazones al Señor. Así, una vez que,
enternecidos y subyugados se entregaban al Señor, presentaba la ley de
Dios como la prueba de su obediencia. Esta era la manera en que
trabajaba: adaptaba sus métodos para ganar almas.—Special Testimonies, Series A 6:55 (1895).http://text.egwwritings.org/publication.php?pubtype=Book&bookCode=Ev&lang=es&pagenumber=171