¿Puede predicar una mujer? ¿Llama Dios a mujeres a ser pastoras? ¿Evangelistas? ¿Directoras de música en la iglesia? ¿Maestras de la Biblia en grupos mixtos de hombres y mujeres? Si tratamos de resolver este asunto por la opinión del hombre, nunca estaría asentado en forma satisfactoria. La gran mayoría de la opinión entre gente cristiana responsable indica que la mayoría de las iglesias nunca llaman a una mujer predicadora como pastora. La mayoría de los seminarios no emplean a mujeres como maestras de teología. Y pocas mujeres encuentran posiciones en las facultades de seminarios e institutos bíblicos. Muchas de las iglesias encargan a hombres para conducir reuniones evangelísticas, si los tienen. Entonces la opinión mayoritaria decidiría por hombres predicadores y en contra de mujeres predicadoras. Pero las opiniones varían con las preferencias. Los seguidores de Aimee Semple McPherson, los grupos grandes pentecostales, el Ejercito de Salvación donde las mujeres siempre han sido bienvenidas, aunque en práctica actual normalmente no tienen un puesto de liderazgo–todos ellos y muchos otros insisten en el derecho de una mujer a predicar, hacer la obra de evangelista, o pastora, o maestra de la Biblia, lo mismo como los hombres.
El asunto no puede ser resuelto por opiniones. No puede ser resuelto por observaciones. No puede ser resuelto por lógica. Hay un solo lugar para resolver este asunto acerca de si Dios quiere que una mujer predique o no. ¡Es por la misma Palabra de Dios! La Biblia es el lugar donde encontrar lo que Dios quiere que la gente haga. La Biblia nos dice como la obra de Dios debe ser conducida. No hay otra autoridad de ningún valor en este asunto, excepto como deriva de la Biblia, y coincide con la enseñanza de la Biblia.
Las mujeres a veces dicen que se sienten llamadas a predicar. Dicen a veces que el Espíritu Santo ha dicho a ellas plenamente que deben predicar. Pero debemos tomar en cuenta que cada doctrina falsa en el mundo es apoyada por ese argumento. Una cierta madre que mató a su niño dijo que Dios la mandó a hacerlo. Alguna gente se siente guiada a predicar la salvación por gracia. ¡Otros se sienten guiados a predicar la salvación por obras! Algunos se sienten guiados por Dios, dicen, a bautizar por rociar agua, y otros se sienten guiados por el mismo Espíritu a bautizar por inmersión. Algunos se sienten guiados por Dios a perseguir a los judíos. Algunas personas se sienten guiados por Dios a fundar una secta con doctrinas falsas; eso es, honestamente se sienten guiados a hacerlo. Pero la respuesta a todo esto es muy simple. El Espíritu Santo de Dios dictó la Biblia. Santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo nunca contradecirá su propia Palabra. Cualquier impulso que se cree ser del Espíritu Santo debe ser examinado por la Biblia. Cualquier impulso que no coincide con la plena enseñanza de la Palabra de Dios es falso, y no proviene del Espíritu de Dios. Por esta razón la Escritura nos manda "Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo" 1 Juan 4:1.
Este asunto, entonces, no puede ser resuelto de acuerdo a como la gente se siente guiado excepto cuando coincide con la Biblia. No hay impulso de Dios si va en contra de claras declaraciones en la Palabra de Dios. Este asunto debe ser resuelto por la Biblia, la práctica regla suprema de la fe para los cristianos.
Tomemos en cuenta cuidadosamente las Escrituras que tratan con este tema. La Biblia es la Palabra de Dios; ningún pasaje de la Escritura contradecirá otro pasaje. Y como el hombre y la mujer y Dios no han cambiado, encontraremos que lo que Dios quiso para la mujer en tiempos bíblicos él quiere para ellas ahora también. Espero que cada lector le pida sabiduría al Espíritu Santo con un corazón de oración, y que investigue en las Escrituras lo que Dios tiene para decir en cuanto a mujeres predicando el evangelio.
1 TIMOTEO 2:11-15 DICE QUE NINGUNA MUJER DEBE ENSEÑAR O USURPAR AUTORIDAD SOBRE EL HOMBRE
La primera Escritura a la cual le llamo la atención sobre este asunto de mujeres predicadoras es en 1 Timoteo 2:11-15, que se menciona aquí:
"La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia".
Quiero que note el carácter universal de esta Escritura. Es en una carta escrita por Pablo, el apóstol a los gentiles, dirigido a Timoteo. Pablo había dejado a Timoteo en Efeso para encargarse de la gran obra en esa ciudad, con muchos ancianos, como verás en el primer capítulo de este libro. El versículo 3 le indica a Timoteo que debía guardarse de falsas doctrinas. El versículo 4 le advierte que debe evitar confusión, y los versículos 6 y 7 nos dice que debía corregir algunos que deseaban ser "doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman". Es importante notar que en esta epístola tenemos instrucciones detalladas en cuanto a las calificaciones para obispo (pastor en nuestros días) y diácono (vea capítulo 3). Nadie puede leer 1 Timoteo sin notar que provee instrucciones y reglas para todas las iglesias Nuevo Testamentarias, como comunicado a Pablo, el apóstol a los gentiles, por el Espíritu Santo. Entonces el pasaje que leímos es para todas las iglesias Nuevo Testamentarias y cristianos Nuevo Testamentarios. A los cristianos Nuevo Testamentarios Pablo les dice "La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio". Pablo no permitía ninguna mujer predicadora ni ninguna maestra de hombres, ni ninguna mujer que ejercite autoridad sobre el hombre, en ninguna de las iglesias Nuevo Testamentarias. La palabra de Pablo fue aceptada como ley a través del imperio romano entre la gente fundamentalista firme. En Roma, en Corinto, en Efeso, los grandes centros, y entre todos estos lugares la autoridad de Pablo como un apóstol de Dios es reconocido. Y en ningún lugar, dice Pablo, permitía una mujer enseñar ni ejercer dominio sobre el hombre.
Esta regla de Pablo no es arbitraria, pero cabe dentro del plan de Dios desde el tiempo de la creación. Pablo explica que "Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión". Dios hizo a Adán primero. Eva fue creada segundo y como su ayuda idónea, sujeto a él. Por esa razón, dice Pablo, las mujeres no deben enseñar a los hombres en la iglesia, y no deben ser oficiales en la iglesia ni ejercitar autoridad sobre el hombre. Una mujer tomando tal autoridad consistiría de usurpación, imponerse indebidamente en una posición de autoridad que no es propio ni naturalmente perteneciente a ellas. Desde la creación, la Biblia dice, la mujer debe tomar el lugar de sujeción, porque no fueron creadas para tener autoridad sobre los hombres ni enseñarles.
Otra vez Pablo escribe de la debilidad de una mujer y su aptitud de ser mal guiada porque "Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión". Satanás encontró que pudo engañar a Eva con más facilidad que Adán. Dios creó a la mujer de tal manera que pueda sentirse cómoda siendo una ayuda idónea, una esposa que se acomoda en su voluntad y plan. Entonces, en la naturaleza del caso, las mujeres no fueron tan bien equipadas para autoridad ejecutiva. Si las mujeres pueden ser guiadas fácilmente, no son tan buenas como líderes. Cualquier pastor sabe que es más fácil encontrar a una mujer que está dispuesta a hacer un buen trabajo. Pero buenos observadores admitirán que ellas son más fácilmente guiadas a falsas doctrinas y errores de todas clases. Pero el argumento aquí en 1 Timoteo 2:14 es que Satanás pudo engañar a Eva cuando no pudo engañar a Adán, y eso es evidencia que las mujeres no deben ser puestas en autoridad en las iglesias y en obras cristianas. Si pudo engañar a Eva más fácilmente en el huerto de Edén, él puede engañar a las mujeres fácilmente hoy. Esto significa que las mujeres son más propensas a entrar en herejías doctrinales y prácticas inescriturales que los hombres. Las mujeres no están equipadas para enseñar a los hombres ni ejercer autoridad sobre el hombre, nos dice esta Escritura. Pero Dios también tiene un deber especial y privilegio para las mujeres en dar a luz y criar hijos. Si se someten al plan de Dios en humildad y mansedumbre, entonces serán rescatadas y preservadas, cuando los dolores de parto vienen sobre ellas. Muchas mujeres piadosas han encontrado dulce consuelo y ayuda en el valle de la sombra al dar a luz a un niño para el Señor, recibiendo ayuda de Dios porque estaban dispuestas a tomar el lugar de la mujer en sumisión.
Escrito por el Dr. John R. Rice en 1941