miércoles, 11 de septiembre de 2024

La generosidad en el esfuerzo misionero


Los estados del sur deben recibir la luz de la verdad presente. No digáis: “Nuestras imprentas y nuestras iglesias necesitan más ayuda. Necesitamos todos los recursos disponibles para continuar la obra emprendida.” Uno tras otro, se ha visto a los hermanos rehusar subvenciones a ciertos ramos de la actividad misionera, por temor de que fuesen consumidos los recursos que ellos destinaban a otras empresas. Hermanos míos, necesitáis una mayor medida del Espíritu de Cristo. Colocad vuestro ideal más alto; entonces los que acaban de abrazar la verdad verán que tienen una obra que hacer. Así aumentarán siempre los recursos para llevar la obra adelante.

¿Podemos esperar que los habitantes de las ciudades vengan a decirnos: “Si Vds. vienen a enseñarnos, les ayudaremos de tal y tal modo”? ¿Qué saben ellos del mensaje? Hagamos nuestra parte en amonestar a esa gente que está a punto de perecer sin haber sido amonestada ni salvada. El Señor desea que nuestra luz brille de tal manera delante de los hombres que su Espíritu Santo pueda comunicar la verdad a los corazones sinceros que buscan a Dios. Al hacer esta obra, veremos los recursos entrar en nuestras arcas, y tendremos suficientes fondos para dar a nuestra obra una expansión mayor. Entonces serán traídas a la verdad personas ricas que estarán dispuestas a dar de sus bienes para el adelantamiento de la obra de Dios. Se me ha indicado que hay grandes riquezas en las ciudades donde aún no se ha trabajado. Dios tiene allí personas interesadas. Id a buscarlas; enseñadles como Cristo enseñaba; dadles la verdad. La aceptarán. Y tan seguramente como que se convertirán almas sinceras, sus riquezas serán consagradas al servicio del Señor y veremos un aumento de recursos. ¡Ojalá pudiésemos ver las necesidades de esas ciudades como Dios las ve! En un tiempo como éste, cada mano debe encontrar ocupación. ¡El Señor viene; el fin se acerca; sí, se aproxima apresuradamente! Dentro de poco, no podremos trabajar tan libremente como ahora. Escenas terribles nos esperan y debemos hacer con apresuramiento lo que nos falta hacer.

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