Apocalipsis 5: 1 nos dice que el rollo sellado con siete sellos, del Cordero, estaba escrito en ambos lados, como el de Ezequiel, lo que es raro, pero no nos dice nada en cuanto a su contenido. Aunque el Cordero estaba en condiciones de romper los sellos y abrir el libro, las Escrituras no nos dicen en ninguna parte que El realmente lo haya abierto. Sólo nos dicen lo que ocurrió cuando rompió los sellos.
Este silencio en cuanto al contenido del rollo ha inducido a mucha especulación. Algunos eruditos han hecho notar que de acuerdo con la ley romana en la época cuando se escribió el Apocalipsis, se requería que el testamento de una persona contara con los sellos de siete testigos. Uno de los siete testigos, de paso, era conocido tradicionalmente como el hombre de la balanza, como si su función consistiera en pesar el valor de la propiedad en cuestión en una antigua balanza. Después de la muerte del testador, los siete testigos se reunían en presencia de un funcionario legal, Este le pedía a cada testigo que identificara su propio sello y lo rompiera, para que se pudiera leer el testamento.
Algo así como la lectura de un documento de esta clase viene a la mente cuando uno lee Apocalipsis 7. Al romper cada uno de los cuatro primeros sellos, uno de los cuatro seres daba esta orden: "Sal". Como respuesta, aparece un jinete que sugiere no sólo la respuesta del testigo llamado a identificar su sello sino, tal vez, los animales grabados que a veces aparecían en los sellos. Uno de los jinetes tenía una balanza en la mano, en recuerdo del hombre de la balanza tradicional. Algunos comentaristas han sugerido que este libro sellado con siete sellos que aparece en el Apocalipsis es en efecto la Nueva Alianza, el testamento de Dios para su pueblo.
Sin duda la visión recurre a las costumbres familiares para contribuir a comunicar la verdad celestial; pero hay tantas cosas en las escenas de estas visiones que se apartan de lo acostumbrado, que no podemos usar la costumbre para identificar al rollo como un testamento. Otros documentos tienen también siete o más sellos, de manera que solamente la cantidad de sellos no nos sirve para identificar el rollo del Cordero como un testamento. En contraste con la apertura normal de un testamento, los jinetes aparecen sólo después de que cada sello ha sido -roto. A diferencia de lo que ocurría con los testigos legales, ellos no rompen sus propios sellos: el Cordero los abre todos. Y cuando se abren los tres últimos, no aparece ningún jinete. En efecto, cuando se abre el séptimo sello, nada ocurre. "Se hizo silencio en el cielo" (Apocalipsis 8: 1).
Además, y para empezar, de acuerdo con lo mejor de la costumbre romana, no se habría usado un rollo para formalizar un testamento. Para sus testamentos, los romanos preferían un par de tablas con goznes, recubiertas de cera. Se escribía sobre la cera con una especie de lápiz. Cuando el testamento estaba terminado, las tablas se doblaban como las páginas de un libro y se las sellaba con sellos.
Al reconocer los problemas implícitos en el intento de identificar el rollo del Cordero con un testamento o una alianza, algunos comentaristas han sugerido que se trata del libro de la vida del Cordero, que contiene los nombres de todos los salvados. (Compárese con Apocalipsis 13: 8.) Pero las Escrituras no dicen que se trate de esto.
En efecto, las Escrituras no identifican definidamente el verdadero contenido del libro, y nosotros no deberíamos entrar en especulaciones. Nos dicen sólo lo que ocurrió cada vez que se abrió un sello. Estaremos en terreno seguro cuando nos limitemos a esto.