martes, 4 de septiembre de 2012

Cada día con Dios.Elena G. de White

COMO HACER FRENTE A LA OPOSICIÓN


"Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe." 1 Tim. 6: 20, 21.

En nuestra obra en favor de Dios tendremos que hacer frente a mucha oposición. Los judíos trataron de que la gente no creyera en Cristo echando mano de la falsedad y el engaño. En la actualidad los falsos maestros recurrirán a cualquier medio para impedir que la gente obtenga un conocimiento de la verdad. Hay quienes aman más el error que la verdad, porque ésta se opone a sus inclinaciones y a su conducta. No quieren arrepentirse ni convertirse, aunque la evidencia en favor de la verdad sea clara y convincente. No quieren escudriñar las Escrituras para ver si estas cosas son así. Hay una cruz que levantar, pero no están dispuestos a negarse a sí mismos. Dios les pide que guarden el sábado, pero no quieren abandonar sus costumbres. . .

Una obra grande y solemne se extiende delante del pueblo de Dios. Tiene que acercarse a Cristo mediante la abnegación y el sacrificio, con el solo objeto de dar el mensaje de misericordia a todo el mundo. Algunos trabajarán de una manera y otros de otra, de acuerdo con la dirección de Dios. Pero todos deben luchar juntos, tratando de llevar la obra a su total conclusión. Los siervos de Dios deben trabajar para él por medio de la pluma y la voz. Hay que traducir la palabra impresa, llena de la verdad, a distintos idiomas. Hay que predicar el Evangelio a todos los pueblos. . .

Las mentes no consagradas pondrán obstáculos en el camino de los obreros de Dios, como lo han hecho en lo pasado. Pero no se detengan para discutir ni crear situaciones desagradables. Si se les impide actuar de una manera, estén preparados para honrar a Dios al actuar aprovechando las posibilidades que queden abiertas. En su debido momento desaparecerán los obstáculos que ahora parecen insuperables. Dios los puede eliminar de la manera más inesperada cuando ve que si lo hace su nombre será glorificado. . .

Vendrán pruebas, porque muchos no obran en armonía con Dios. Asegúrense de que ustedes caminan delante de él con mansedumbre y humildad. Puede ser que se los malinterprete, y eso ocurrirá, pero los maledicentes tendrán que avergonzarse si ustedes manifiestan constantemente la dulzura del carácter de Cristo ( Carta 193 , del 31 de julio de 1901, dirigida a "Mis queridos hijos").

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