MUCHOS DE NOSOTROS (y me incluyo) somos culpables de orgullo espiritual. Parecería mentira que esto pudiera ser parte de nuestra vida después de haber sido salvos por la gracia de Dios. Sin embargo hay día nos encontramos sumergidos en una teología que es una mezcla de gracia y obras. Nuestro Cristianismo se ha corrompido en parte de la misma forma que les pasó a los Gálatas a los que Pablo advirtió con mucha preocupación empezando en el capítulo 1 de Gálatas. Habiendo recibido el evangelio de la Gracia por revelación directa del Señor Jesús el cual se le apareció camino de Damasco (Hechos 9), Pablo insistía una y otra vez en que igual que empezamos la vida Cristiana por la gracia de Dios, debemos continuar el camino que empezamos no cayendo de nuevo en la mentalidad de las obras. Parece que muchos de nosotros volvemos a caer en la trampa de vivir la vida Cristiana confiando en nuestras buenas obras.
NO ESTOY DICIENDO QUE no debemos hacer buenas obras, claro que sí, pues Efesios 2:10 dice: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús PARA buenas obras”.
ESTO LO CREO FIRMEMENTE, pues ademas de ese pasaje tenemos uno aún más claro. Jesús dijo: “Por sus frutos conoceréis a los que son verdaderos”. Pablo por su parte, nos insta a observar lo que nos rodea y escoger bien. “Examinádlo todo, y retened lo bueno” 1 Tesalonicenses 5:21.
SIN EMBARGO MUCHAS veces no nos damos cuenta que juzgamos las vidas de otros que no viven como nosotros, intentando guardar la ley a la perfección y nos consideramos superiores superiores a ellos. En primer lugar no podemos conseguir esto, y en Segundo lugar eso es orgullo espiritual y un pecado que Dios aborrece. Recordemos la parábola del Fariseo y el Publicano.
AHORA BIEN, no quiero que nadie me malinterprete. No estoy diciendo que la Biblia prohibe al creyente juzgar la conducta de otros, pues al contrario, la Biblia dice que los que somos espirituales podemos juzgar todas las cosas 1 Corintios 2:14-16. Así que ésto se llama discernimiento espiritual que no es lo mismo que orgullo espiritual.
ENTONCES ¿cómo podemos saber si estamos siendo orgullosos espiritualmente?
UNA DE LAS FORMAS en que hacemos esto es comparandonos unos con otros. ¿Hace cierto creyente cosas que yo no hago porque soy más espiritual que él/ella? ¿Tiene libertad un hermano o hermana de hacer cosas que nosotros no hacemos? ¿Hago bien cuando juzgo lo que hacen otros hermanos porque “yo” no lo hago ni lo hacen otros que “yo” considero más espirituales?
HAY MUCHO QUE decir sobre este tema y espero que lo estudiemos juntos para ser mejores testimonios de nuestro Señor, el cual es Amor y Gracia infinita. Creo que sin darnos cuenta podemos hacer que con nuestra actitud muchos malinterpreten el evangelio y el amor de Jesucristo.
Santa Biblia. Vs. Reina Valera http://logos77.wordpress.com/
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